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| Innovación industrial y una leyenda |
Con más de 104
años de historia, Papaya Salvietti no es solo una gaseosa: es un símbolo
cultural boliviano. Su origen combina emprendimiento, innovación industrial y
una leyenda popular protagonizada por un duende que, según el relato, guarda el
secreto de su inconfundible sabor.
Un inmigrante, una fruta y una visión
La historia de
Papaya Salvietti comienza en 1918,
cuando Dante Salvietti, un inmigrante
italiano, llegó a Bolivia en busca de nuevas oportunidades. Durante sus
recorridos por las fértiles tierras de los Yungas, descubrió la papaya, una
fruta exótica que despertó su curiosidad y se convertiría en la base de una
bebida innovadora para la época.
Con una mentalidad emprendedora y un enfoque casi científico, Salvietti comenzó a experimentar con frutas locales, agua natural y una combinación de ingredientes que permanecen en secreto hasta hoy.
Innovación embotellada
En 1920, lanzó al mercado una gaseosa pionera conocida inicialmente como “Champan Cola”, embotellada en vidrio importado desde Inglaterra, un avance tecnológico poco común en aquellos años. Con el tiempo, la fórmula evolucionó y la bebida fue rebautizada como Papaya Salvietti, logrando una rápida aceptación y posicionándose como una de las marcas más reconocidas del país.El duende y el mito que marcó la marca
Junto a los datos históricos, la marca está rodeada de una leyenda que ha pasado de generación en generación. Se dice que, durante un paseo por el Bosquecillo de Pura Pura, en La Paz, Dante Salvietti encontró a un duende atrapado entre los matorrales. Al liberarlo, el pequeño ser le ofreció una receta secreta que garantizaría el éxito de la gaseosa, a cambio de que su imagen apareciera en cada botella.
Así nació el icónico duende barbado, con sombrero puntiagudo y traje de gnomo, ordeñando una papaya como si fuera una vaca. Esta imagen se convirtió en el sello visual de Papaya Salvietti y acompañó a la marca hasta 1995, cuando la empresa enfrentó una crisis financiera.
Caída y resurgimiento de una tradición
El cierre de la empresa en 1995 marcó un momento difícil, pero no el final de la historia. Años después, Papaya Salvietti regresó al mercado, recuperando su sabor original y el entrañable duende, reafirmando su lugar en la memoria colectiva y en el paladar de los bolivianos.
Presente industrial y proyección futura
Actualmente, la fábrica principal de Salvietti, ubicada en Sucre, opera con tecnología moderna que incluye sistemas de tratamiento de agua, maquinaria de embotellado y etiquetado. La planta genera empleo para más de 70 personas, entre trabajadores directos y choferes, y proyecta ampliar su oferta con nuevos tamaños y presentaciones para responder a un mercado en constante evolución.Un legado que sigue vivo
Más de un siglo
después de su creación, Papaya Salvietti continúa siendo un símbolo de
identidad, tradición e ingenio boliviano. Una gaseosa que no solo se bebe, sino
que se recuerda; una historia que mezcla realidad y leyenda, y que sigue viva
en cada botella.
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