Siete
días, más de 800 kilómetros a pie y en vehículo, 56 horas de marcha acumulada y
más de 34 puestos de policía encontró en el camino un grupo de indígenas que
llegó a Caracas para demandar al poder electoral venezolano la realización del
referendo revocatorio del presidente Nicolás Maduro. Desde el Amazonas, al
sur-oriente venezolano, partieron 2.000 el miércoles pasado con la misión de
llegar a la capital, lo lograron solo 126 esta madrugada, dejando a su paso
huellas de ampollas y sangre en sus pies descalzos, según relataban. El
cansancio y los impedimentos en los puestos de policía hicieron desistir a la
mayor parte de ellos.
Dos etnias, los piaroa y jivi, de las 22 que habitan en
el Amazonas venezolano participarán este jueves en la "Toma de
Caracas", la marcha convocada por la alianza de partidos Mesa de la Unidad
Democrática (MUD) para demandar un cambio de Gobierno que para muchos de ellos
se resume en "vivir mejor". Juan Pérez lidera uno de esos grupos
étnicos y sentado en una esterilla sobre el concreto de un galpón deportivo de
la gobernación de Miranda, al este de Caracas, testimonió la dificultad que
tuvo llegar hasta allí. "Cruzamos el río Orinoco pocos para tomar la ruta
hacia Caracas. Caminamos tres días desde Puerto Ayacucho hasta allí",
relató.
Para salir de Amazonas hay que cruzar por vía fluvial hasta Apure, un
estado del llano venezolano, que está a 800 kilómetros de la capital, o
atravesar el vecino estado Bolívar lo que casi duplica la distancia. Los
indígenas usaron ambos caminos. "Nos tuvimos que dividir porque en el
puerto de El Burro la Guardia Nacional nos cerró el paso para cruzar el río, un
grupo nos fuimos por Bolívar, evadiendo alcabalas (puestos de control policial)
por los caminos verdes", explicó el diputado opositor por el estado Amazonas
Julio Igarza. Según los indígenas opositores, las fuerzas militares venezolanas
pusieron obstáculos a su marcha, los requisaron, los detuvieron hasta 18 horas
en trayectos que hicieron en vehículos y tuvieron que sortear más de 34 puestos
de control en el camino con mentiras o "estrategias" como ellos
prefieren decir. "Ellos sabían que del estado Amazonas se iban a movilizar
personas y nosotros tuvimos que decir que íbamos a Maracay a una concentración
cristiana", recordó Pérez. Algunos oficiales militares querían dejarlos
pasar, pero quien lideraba en cada puesto de comando ofrecía resistencia, según
Igarza. "No podemos desmayar, nuestra meta es llegar a Caracas, estamos
destinados para llegar", explico Pérez quien repetía a su grupo para
darles ánimo durante su caminata por buena parte de Venezuela.
En Amazonas se
habla mucho del revocatorio dicen, pero también tienen otras razones para venir
a la marcha del 1 de septiembre, como ha terminado llamándose entre la gente.
Tres diputados opositores del estado Amazonas no han podido tomar su curul en
el Parlamento al estar suspendidos por el Tribunal Supremo de Justicia y entre
los opositores detenidos por las protestas de 2014 por el Gobierno de Maduro,
se encuentran dos indígenas, Humberto Yosuino y Javier Infante, que tienen ocho
meses privados de la libertad.
Como el resto del país petrolero, han sufrido la
crisis económica y de salud, agravada por el cierre de la frontera con Colombia
y el estado de excepción decretado por el Gobierno hace más de un año, pero para
ellos la lucha "no es solo por nosotros, sino por todos los
venezolanos", aseguró Igarza. Al polideportivo donde los indígenas se
refugiaron al llegar a Caracas llegaron medios locales e internacionales,
interesados en la imagen pintoresca de sus guayucos y sombreros de plumas.
Muchos de ellos no hablaron pero sus pies y rostros reflejaron el cansancio y
la dureza del esfuerzo que hicieron para llegar. Varios dormían en sus hamacas
como lo hicieron durante estos siete días, muchas veces a la intemperie o bajo
la lluvia. Miguelina, por ejemplo, apenas se animó a contar algunas cosas solo
en su lengua nativa. Dijo que es cristiana y que le pidió al señor que los
ayudara a llegar a Caracas, pero cuando mencionó a sus dos hijos varones de 5 y
8 años, que dejó en Amazonas, reprimió sus lágrimas y no quiso hablar más.
Milton, en cambio, quiso mostrar más valor y clamó su esperanza en que la
marcha de este jueves representará el cambio de Venezuela. "Yo sí creo
porque es un valor indígena, creemos, pero también tenemos derechos. Nosotros
venimos a pedir referendo revocatorio ahorita, este año", declaró. La
esperanza prima en ellos y el diputado Igarza lo resumió en su arribo. "No
vamos a llegar nunca a Caracas, pensábamos en el camino, si es así para salir
de Amazonas cómo será al llegar allá. Pero llegamos. Más allá del miedo, del
riesgo de perder la vida, entendimos que lo tenemos que hacer", aseguró el
parlamentario opositor cuya toma de posesión fue suspendida por el Supremo.
Fuente internet. Richard Ilimuri