

Eran jóvenes de distintos países de Asia y habiéndose sido engañadas con falsas promesas laborales, para ser convertidas en esclavas sexuales y satisfacer a los soldados japoneses.
Se estima que hubo más de 200.000 mujeres que durante años
fueron violadas por decenas de hombres cada día en los que llamaban “estaciones
de consuelo”. Burdeles gestionados por el ejecito japonés.

El 2015 Japón les pidió perdón y les ofreció una compensación económica, pero ni el dinero ni las disculpas pueden llegar a curar las heridas que quedaron cuando te amputan la dignidad
"Cuando las balas caen como gotas de lluvia o ráfagas de viento, los soldados corren el riesgo de perder sus vidas", dijo el joven alcalde de Osaka, Toru Hashimoto, citado por los medios locales. Para que "puedan relajarse en tales circunstancias, el sistema de las 'mujeres de confort' es necesario”, añadió el también cofundador del nacionalista Partido de la Restauración de Japón.

El hecho de que esas mujeres llegaran a ser auténticas
esclavas sexuales "contra su voluntad", fue "consecuencia de la
tragedia de la guerra", concluyó Hashimoto.
Se calcula que hasta 200.000 mujeres de países ocupados por
Japón entre 1910 y 1945 fueron forzadas durante aquellos años en burdeles
militares, llamados eufemísticamente 'casas de confort'.

La gran mayoría de aquellas mujeres, muchas de ellas menores
de 20 años, procedía de Corea, aunque también las había provenientes de China,
Filipinas, Tailandia, Vietnam y Malasia.
Además, Hashimoto añadió que "la responsabilidad de la
guerra también recae en Japón.

Las palabras de Toru Hashimoto han vuelto a despertar la
polémica en la sociedad japonesa después de una serie de declaraciones
escandalosas del joven político. Así, hace un año Hashimoto anunció que Japón
necesita una dictadura.
Texto y foto:
Richard Ilimuri