Tres mineros revisan la riel del carrocubil |
Era fines de la década de 1980. Si bien todas las minas se habían
cerrado y vaciado, muchos mineros decidieron quedarse y organizar cooperativas
alrededor de los desmontes y de los parajes que ellos mismos conocían.
Invirtieron sus finiquitos en comprar palas y picos porque más allá era
indudablemente inviable.
Llallagua era un pueblo fantasma. Las casas tenían los vidrios de sus ventanas rotos y uno podía entrar a vivir en ellas sin pagar un solo centavo.
Con el olfato que sólo tienen los empresarios, muchos de
ellos migraron a la explotación de oro; ya no estaño porque los precios del
mineral estaban muy bajos. Aquella vez el estado abría las puertas a grandes
inversores privados, como por ejemplo la Andean Silver Co. que fundó la Empresa
Minera Inti Raymi S.A. que produce oro hasta hoy. Los mineros en Oruro y Potosí
trabajaban personalmente sus parajes y vendían su producción a rescatistas de
mineral asentados en estas dos ciudades.
Pjalliris, mujeres mineras |
En ese entonces, la Federación de
Mineros se quedó con un solo afiliado de nombre Edgar Ramírez. Era de esperar
que en esas condiciones, los cooperativistas de Oruro buscasen respaldo
financiero ¿Quién se los dio? ¿Fue la banca privada? no; ¿acaso fue el Banco
Central? tampoco; ¿entonces fue la COMIBOL? mucho menos.
Aunque parezca
inverosímil la que brindó apoyo económico a los cooperativistas en Oruro
aquellos años fue la Iglesia Católica. Fue la Pastoral Social del Obispado de
Oruro que les consiguió algo de capital, pero sobre todo asistencia técnica. Yo
recuerdo que acompañé a mi papá a instalar unos motores eléctricos en Iroco
(sudoeste de Oruro) para el pequeño Ingenio que una cooperativa aurífera
instaló en una empresa que –es cierto- trabajaba a pala y pico.
Minero boliviano |
El apoyo de la
Iglesia era obviamente por caridad, pero era el único respaldo que ellos
encontraron. Cinco años más tarde, esos mismos trabajadores volvieron a buscar
apoyo técnico; pero esta vez montados en una Pick Up, porque los
cooperativistas ya tenían capital propio que invertir.
En esos duros años recuerdo algunas ONGs que cumplieron un
rol muy importante en la minería de Bolivia como CEPROMIN, CISEP o CARITAS
(vinculadas a la iglesia católica).
Como todos sabemos, uno de los factores que desencadenó la
quiebra de las minas estatales fue que los Estados Unidos puso a la venta en el
mercado mundial sus reservas de estaño que ocasionó el derrumbe de los precios
internacionales.
Ellos aplicaron una regla simple del inversionista: guarda
para la época de vacas flacas. Qué irónico, eso mismo piden los cooperativistas
hoy: que Vinto les compre su mineral al precio internacional y que Bolivia
tenga reservas!!!!
Antes Inti Raymi, hoy Sinchi Wayra o San Cristóbal. El
gobierno mezquino sigue apoyando a grandes capitales mineros externos; pero se
niega a apoyar a los cooperativistas. Hoy mismo que escribo este artículo,
decenas de campesinos dejan de sembrar papas para emplearse como obreros
estacionales en cooperativas de Oruro, Potosí o Cochabamba porque ganan mucho
más y porque se les emplea con menos burocracia que en COMIBOL, probablemente
sin beneficios sociales (exactamente igual que cualquier consultor de cualquier
Ministerio). Esto pasa allí. En cambio el famoso “repre” es propio y
tradicional en las cooperativas auríferas del norte de La Paz donde el Estado
nunca estuvo presente; es más, si escudriñamos seriamente, veremos que muchos
actuales funcionarios del gobierno son accionistas de cooperativas mineras
auríferas y por supuesto tienen sus “repres” trabajando en condiciones
evidentemente deplorables.
Como podemos verificar, lamentablemente en la Bolivia
plurinacional se fomenta mucho el enriquecimiento basado en la especulación no
en el emprendimiento productivo honesto y todos sabemos que la especulación
bordea lo ilegal y que es indudablemente inmoral ya que se aprovecha de la
necesidad de la gente. ¿Qué mérito tiene comprar barato y vender caro?.
En Bolivia miles de niños trabajan en las minas en condiciones intolerables |
No me sorprende la mezquindad ni el extravío del actual
gobierno, no.
Lo que me deja atónito es el silencio de quienes supuestamente
creen en la libertad de empresa. Esos intelectuales y empresarios que hoy mismo
son caseros “analistas” y perennes entrevistados por periodistas igualmente
chatos, quienes sorprendentemente derivan la discusión al uso de la dinamita.
¿Dónde está la denominada “burguesía cruceña”? ¿Son ideales lo que los une o
simplemente es viveza criolla? ¿Hasta cuándo seguiremos sufriendo esa odiosa
mezquindad, la mezquindad rentista? ¿No es éste un momento propicio para un
cambio estructural de la economía y sociedad bolivianas?
ACTUALIDAD
Miles de niños, niñas y adolescentes trabajan en las minas
de Bolivia, en condiciones intolerables e inhumanas. La comunidad en general e
incluso sus propios padres ignoran la magnitud de los daños y el alcance real
del problema del trabajo infantil en las minas.
En la actualidad, varias organizaciones nacionales e
internacionales trabajan por la lucha contra el trabajo infantil en Bolivia, y
también, particularmente contra el trabajo infantil en las minas. Las zonas más
afectadas por esta problemática son en el Cerro Rico de Potosí, en Llallagua,
al norte de Potosí y en Tipuani, en el norte del departamento de La Paz.
Texto foto: Internet-Richard Ilimuri