jueves, 22 de junio de 2023

AÑO NUEVO AYMARA: La gran mamada

Hasta el 21 de junio de 2022, todavía creía que el año nuevo andino comenzaba en ese día del año, en coincidencia con el solsticio de invierno. Crédulo e ingenuo, me abrigaba hasta donde el cuerpo tolerara y me iba hasta el cerro Chapini, de Potosí, a recibir los primeros rayos del sol. Debo admitir que era una experiencia fascinante.

Pero el estudio de la historia tiene sus desventajas y una de ellas es que te abre los ojos...

En enero de este año terminé de revisar las crónicas que incluyen las celebraciones de los incas —las de Guamán Poma de Ayala, Pedro Cieza de León, Cristóbal de Molina, Polo de Ondegardo y Juan de Betanzos— y descubrí que el único que habló del inicio de un nuevo año, pero no en junio, sino en mayo, fue De Molina, “el cusqueño”, puesto que hubo dos —el otro, homónimo, era llamado “el almagrista”.

En el Tawantinsuyo o Estado incaico —si quiere, llámele “imperio”— hubo cuatro fiestas principales —el Capac Raymi, el Situay, el Aymoray y el Inti Raymi— que coincidían con los solsticios y equinoccios, puesto que esa cultura llegó a dominar la astronomía. Sin embargo, la forma de contar el paso del tiempo era distinta a la de los europeos, puesto que, por una parte, se tomaba en cuenta criterios astronómicos —la posición de los astros— y, por otra, se consideraba las variantes agrícolas, ya que necesitaban sembrar y cosechar de la manera más exacta posible en un ambiente, como el de la puna, que era más hostil para los cultivos.

En los primeros años de la invasión no se homologó calendarios, puesto que el gregoriano —que data de 1582— todavía no existía y seguía utilizándose el juliano. Cuando comenzó la homologación, los pueblos andinos, que ya formaban parte del imperio español, asumieron el inicio del año entre el diciembre y enero gregorianos. La prueba está en la crónica de Guamán Poma de Ayala que dice que enero es el “mes de año nuebo (sic)”.

Entonces, lo que se celebraba en el imperio incaico en el mes de Haucay Qusqi (según Guamán), Cahuay o Chahuarhuay (De Molina), Aucay Cusqui (Ondegardo) o Hatun Cosqui Quillan (Betanzos) y más o menos se homologa con junio es el Inti Raymi, una fiesta dedicaba al sol que era movible, así tampoco tenía fecha fija. No era el inicio de un nuevo año.

Por tanto, el año nuevo andino no existe, y es incomprensible que a este engaño se haya agregado lo de amazónico.

Al haberme encontrado con tantas evidencias, que coinciden con la interpretación de historiadores como Juan José Vega y Luis Guzmán Palomino, me sentí estúpido por haber acudido tantas veces a las ceremonias en el cerro Chapini. Este año, obviamente, no asistí. Para volver a hacerlo tendría que seguir evaluando si vale la pena seguirle el juego a esta gran mamada

Texto Juan José Toro Montoya 
foto: Richard Ilimuri

lunes, 19 de junio de 2023

LOS INCAS: ¿Tenían el cabello largo?

Se suele representar a los incas con una cabellera larga y lacia. Incluso así son representados en los famosos dibujos hechos por el cronista peruano Guamán Poma de Ayala. Sin embargo, algunas crónicas señalan lo contrario, por lo que el tema es debatible.

Según el famoso cronista cusqueño Garcilaso: “el inca poseía el cabello corto, como si acabase de ser cortado y que él y la nobleza se cortaban frecuentemente el cabello para tener siempre el mismo aspecto”.

Por otro lado, el pueblo común no ostentaba una cabellera como la de la nobleza inca. Ésta era ni larga ni corta, casi al borde de las orejas. Eso sí, todos cuidaban sus cabelleras con plantas para mantenerlas aseadas e incluso adornadas, sobre todo en el caso de las mujeres. Éstas realizaban trenzados, adornaban sus cabelleras, sobre todo en festividades y rituales religiosos.

Cuenta el cronista español Pedro Cieza de León: “podría haber miles de indios juntos y que por sus peinados y aderezos se podían distinguir a los distintos grupos étnicos”.

Por supuesto que hubo excepciones. Las crónicas también señalan que el inca Atahuallpa poseía una larga cabellera. Se dice que fue a causa de una oreja perdida en un enfrentamiento. El emperador, el hijo del sol, no podía mostrar un defecto físico ante el pueblo.

Internet

domingo, 18 de junio de 2023

La Leyenda de la Quinua

La conexión entre los Aymara y las estrellas según la historia; los Aymara tenían la capacidad de comunicarse con los astros, y en una ocasión, una estrella descendió a la tierra cautivada por un joven aymara.

El joven y la estrella pasaron largas horas conversando, compartiendo sueños y secretos, sin embargo debido a su naturaleza celestial, la estrella finalmente tuvo que regresar al firmamento dejando al joven con un profundo dolor en el corazón.

Desolado por su partida, el chico Aymara decidió emprender un viaje por los cielos para encontrarla nuevamente, y con la ayuda de su fiel amigo el majestuoso Cóndor de los Andes, voló incansablemente en busca de la estrella amada.

Finalmente logró encontrarla y juntos vivieron momentos inolvidables; la estrella le obsequió un grano dorado, delicioso y altamente nutritivo conocido como el grano de los dioses; la quinua.

Un día, el joven Aymara sintió la necesidad de regresar a la tierra para visitar a sus padres, quienes añoraba profundamente. Con tristeza, se despidió de la estrella y recibió de ella el regalo preciado de la quinua, para que su pueblo pudiera cultivarla y beneficiarse de sus propiedades en la tierra.

Desde aquel momento, la quinua se convirtió en el pilar fundamental de la alimentación de los pueblos andinos. Este grano extraordinario se convirtió en un apoyo crucial para garantizar la seguridad alimentaria de estas comunidades, que de otra manera no podrían acceder a los nutrientes necesarios para vivir de manera saludable.

La leyenda de la quinua resalta la importancia de este alimento ancestral y su papel esencial en la supervivencia de los pueblos andinos. Además, nos recuerda la conexión especial entre el cielo y la Tierra, y cómo un regalo celestial puede convertirse en una bendición para toda una comunidad. La quinua, con su riqueza nutricional y su historia mística, sigue siendo un tesoro valorado en todo el mundo.