lunes, 22 de agosto de 2016

German Busch Becerra

German Busch Becerra
Las circunstancias de su muerte aún generan dudas. La versión oficial señala que el mandatario, máximo héroe de la Guerra del Chaco, se suicidó, aunque como únicos testigos del incidente estaban su cuñado, el coronel Eliodoro Carmona y su concuñado, el mayor Ricardo Goitia.

El 23 de agosto de 1939, a las 5:30 am, el entonces gobernante de Bolivia, Víctor Germán Busch Becerra, recibió un tiro en la cabeza en el despacho de su casa en la calle Rosendo Villalobos, de La Paz. El coronel Busch tenía sólo 35 años. Habíase convertido en Presidente de Bolivia a los 33 años. El más joven de nuestra historia hasta hoy. Sólo dos meses antes de su muerte, había renunciado a su cualidad de gobernante constitucional, electo por la Asamblea Nacional, y asumido la dictadura. Veía en ese método de gobierno la única forma de resistir al embate de los grandes capitalistas del estaño y sus sirvientes entre los partidos políticos tradicionales y los intelectuales a sueldo, que buscaban anular su sueño: devolverle a Bolivia sus propias riquezas naturales.

Germán Busch tenía muchos enemigos debido a las medidas sociales que había implementado en su mandato. Dos meses antes del hecho, el 7 de junio, había nacionalizado las ganancias de los grandes barones de la minería y en su discurso había adelantado: “Si a causa de esto cae mi gobierno, lo habrá hecho al amparo de una bandera admirable”…
Germán Busch agonizó hasta las 2 de la tarde de ese día. Sin embargo, media hora después de su herida mortal, es decir, a las 6 de la mañana, ya Bolivia tenía nuevo Presidente: El general Quintanilla. El vicepresidente de Busch, Enrique Baldivieso, fue detenido y no lo sucedió en el cargo.

Entre las medidas más importantes del breve gobierno de Germán Busch (1937-1939) destacan la nacionalización de las ganancias de la gran minería, monopolizada entonces por los barones del Estaño; la creación del Banco Minero, el primer Código de Trabajo de nuestra historia, que es base de la actual Ley General del Trabajo; la Constitución de 1938, adelantada para su tiempo; la abolición de la esclavitud y el pongueaje; la recuperación para el Estado de YPFB, las regalías del 11% para las regiones productoras de petróleo, la reapertura de la UAGRM, cerrada por el gobierno de Toro en 1936; la vinculación férrea de Santa Cruz con Brasil y Argentina; la firma definitiva de la paz con Paraguay, quien debió devolver a Bolivia 20.000 kilómetros cuadrados como condición para la paz dada por Busch. De lo contrario, el mandatario había dicho que se reiniciarían las hostilidades.

Germán Busch había nacido el 23 de marzo de 1904 en San Javier de Chiquitos (Santa Cruz), había vivido su infancia y adolescencia con su madre Raquel Becerra, en Trinidad (Beni), hasta que el 20 de enero de 1922 había entrando al colegio militar en La Paz como cadete. Se inició allí como artillero, pero luego se encontró con su pasión de toda la vida: la caballería.
Es sin duda, uno de los presidentes más enigmáticos y vibrantes de toda nuestra historia republicana.
Este 23 de agosto, se recuerdan los 76 años de su muerte.
Texto  y foto: Internet- Richard Ilimuri