La sequía y las intensas olas de calor que azotaron la región han dejado al
descubierto petroglifos milenarios, testigos mudos de las antiguas culturas que
habitaron estas tierras amazónicas ancestrales.
Como la re-baja de los ríos, estas
misteriosas inscripciones rupestres, talladas en las rocas por manos antiguas,
han salido a la superficie después de siglos de ocultamiento.
Estos petroglifos, se encuentran entre las comunidades de Carmen Florida y Real Beni, pertenecientes a la Reserva de la Biósfera Pilón Lajas, Rurrenabaque.
Esculpidos con la habilidad y el detalle, revelan un fascinante legado de tradiciones, creencias, y expresiones artísticas que se remontan a tiempos inmemoriales, que hoy emergen a la luz.Cada figura y símbolo capturada en la piedra cuenta una historia perdida en
la maraña de la selva amazónica boliviana, ofreciendo una ventana hacia el pasado de las civilizaciones
precolombinas que florecieron en estas exuberantes selvas.
Texto y foto:
Richard Ilimuri