Tras enterarse de
esto, la mujer se lanzó de una de las cascadas cercanas y es por ello que se
especula, que esta mujer sigue apareciéndose en el Castillo del Loro, buscando
entre los visitantes, a su amor perdido.
Su misterio radica en los pobladores cercanos que en este lugar, se aparecen fantasmas y espíritus atormentados. Una cualidad, en vez de alejar a las personas, parece atraer mucho más. Hay muchos relatos, entre esos resaltan una misteriosa mujer que solo les aparece a los visitantes que se quedan en el hotel y no están acompañados. Tras constatar en los datos bibliográficos sobre la presencia de una mujer, llama la atención la historia de una amante de José Luis Tejada Sorzano, presidente de Bolivia que gobernó entre los años 1934 y 1936.
El Castillo del
Loro, se encuentra en la Comunidad Chaco del Municipio de Yanacachi, a 3 horas
de viaje desde la Ciudad de La Paz, rodeado por la exuberante vegetación y la
belleza incomparable de los Yungas, se levanta la antigua infraestructura
denominada como El Castillo del Loro, Patrimonio Histórico Nacional que en su diseño
y concepción arquitectónica comparte varios rasgos de los castillos medievales
europeos, lo que constituye uno de los atractivos más importantes del Municipio
de Yanacachi.
Inicialmente esta edificación fue de propiedad del ex-presidente de la Republica, Luis Tejada Sorzano, conocido también como el Barón del Carbón. Fue construido por prisioneros paraguayos el año 1935; es decir en etapa posterior a la Guerra del Chaco, cuando se empezaba la construcción de los caminos de ingreso a los Yungas paceños con la participación de dos mil prisioneros.
El mobiliario
principal del Castillo fué traído desde Potosí́; asimismo, parte de los
muebles y otros utensilios que completaron la decoración de esta impresionante
estructura arquitectónica fueron importados desde Francia, Alemania e
Inglaterra. Entre las reliquias más valiosas con las que cuenta el Castillo están,
un cuadro de la Virgen Marina pintado por Melchor Pérez de Holguín, el mapa de
Bolivia de 1859 y puertas talladas en madera que corresponderían a la época
colonial.
Pobladores de la región
cuentan que el espíritu de este ex-mandatario pasea por sus ambientes y en la
actualidad es posible verlo rondando por alguna de las ventanas circulares de
la cúpula del Castillo la que fuera en vida su habitación y su lugar favorito
de descanso.