sábado, 17 de junio de 2017

La reunión del General Manuel Belgrano y el cacique Cumbay

Indios Chiriguanos de Cuevo
Cumbay (Siglo XVIII - Siglo XIX), fue un líder indígena Avá guaraní (Chiriguanos) del valle del Ingre, actualmente parte de Bolivia. Tuvo un papel importante como negociador durante la sublevación guaraní de 1799 y fue uno de los principales líderes guaraní (Chiriguanos) de las sublevaciones de 1804 a 1809 frente al poder colonial Español en el Alto Perú. También colaboró con los ejércitos y guerrillas de la Independencia de Bolivia, llegando a entrevistarse con el general Manuel Belgrano.

Fue inmensa la popularidad que Belgrano adquirió entre los indígenas del Alto Perú y de algunas otras regiones donde llegó su fama. En general, los indios, ya definitivamente conquistados para la causa de la Revolución, se mantuvieron fieles a su recuerdo. En proximidades del Chaco paraguayo, existía un célebre cacique llamado Cumbay, quien usaba título de general y vivía rodeado de la pompa de un rey primitivo. Todos le respetaban como tal y admiraban la multitud de guerreros que obedecían sus órdenes. Era ardiente partidario de la Revolución, por la que combatió en Santa Cruz de la Sierra, siendo herido de un balazo, pero jamás había querido entrar en las ciudades ni tener contacto alguno con la civilización.

Sin embargo, cuando oyó hablar de Belgrano deseó conocerlo y le pidió una entrevista. Belgrano se la concedió y pasado algún tiempo llegó Cumbay a Potosí, donde se hallaba entonces el cuartel general patriota, acompañado por su intérprete, dos hijos menores y una escolta compuesta por 20 flecheros con carcaj a la espalda, el arco en la mano izquierda y una flecha envenenada en la derecha.

Al enfrentar a Belgrano, desmontó y, después de mirarlo un rato con profunda atención, le dijo, por medio de su intérprete: "Que no lo habían engañado, que era muy lindo, y que, según su rostro, así debía ser su corazón". Belgrano le ofreció un caballo ricamente enjaezado y con herraduras de plata, desfilando después ambos en medio del ejército formado. Al pasar frente a la artillería, que era de calibre 18, le previnieron que tuviese cuidado con el caballo, porque iban a disparar en su honor, a lo que replicó que "nunca había tenido miedo a los cañones". Se lo alojó con toda magnificencia, habiéndosele preparado una cama digna de un rey, pero él, dando a sus huéspedes una lección de humildad, o de orgullo, echó a un rincón los ricos adornos que la cubrían y se acostó en el apero.

Se lo invitó a varias fiestas preparadas en su honor, y, finalmente, Belgrano quiso brindarle el espectáculo de un simulacro militar. Dispuso entonces que la tropa formara en el campo de San Roque, donde se ejercitó en maniobras de tiro y formación, mostrando lo mucho que había avanzado en su instrucción y disciplina. Cumbay contemplaba todos aquellos movimientos con un dejo de asombro hasta que, al ser interrogado por Belgrano acerca de la impresión que le había causado el ejercicio, contestó con arrogancia: "Con mis indios, desbarataría todo eso en un momento". Belgrano no pudo menos que mirarle sorprendido.

Al despedirse, lo colmó de atenciones y regalos, obsequiándole entre otras cosas un gran uniforme y una hermosa esmeralda incrustada en oro, para que reemplazara con ella el adorno (tembaté) que tenía entre la barba y el labio inferior, distintivo de la tribu que los indígenas ostentaban con piedras ordinarias o discos de otros materiales. Cumbay, ganado por tanta gentileza, decidió ofrecerle 2.000 indios para pelear contra los españoles.

Este original episodio dio una idea de los medios empleados por el general Belgrano para conquistarse el afecto de los indios; de ahí que, a pesar de sus derrotas, estos aliados continuaron combatiendo solos contra los españoles y prestaron eficaces auxilios a los jefes independientes que sostuvieron la guerra en el Alto Perú.

Por: Vicente J. Paladino / publicado en el diario La Nueva de Argentina el 4 de julio de 2009.

Foto: Postal Chiriguanos de Cuevo, Bolivia 1904.

Texto y foto: Internet RRSS
Richard Ilimuri

sábado, 25 de marzo de 2017

Ascención de Guarayos

Ascensión de Guarayos





Ascensión de Guarayos es una ciudad y municipio de Bolivia en el departamento de Santa Cruz. Es capital de la provincia de Guarayos y está situada al noreste del departamento. La cabecera municipal está ubicada a 300 kilómetros, fue creada en 1826 y tiene una población de 16.984 habitantes.

Este municipio se encuentra en el limite entre Beni y Santa Cruz, la economía esta en constante crecimiento esto gracias a las empresas madereras que existe en la zona, además de la cría de ganado vacuno y las ferias ganaderas que se realizan en este municipio.

El Municipio de Guarayos es Capital de la provincia más joven del departamento de Santa Cruz, cuya actividad de manera intensiva y extensiva es la ganadería, ya que cuenta con extensos territorios que sirven para el pastoreo del ganado. También cuenta con tierras aptas para el desarrollo de la agricultura; los principales cultivos son el arroz, maíz, maní, yuca, piña y plátano.  Sus recursos forestales carecen de infraestructura industrial para su explotación. Se dispone de abundantes recursos hídricos, y constituye una zona de tránsito al departamento del Beni.

Datos generales:

Fundación: Fue fundada por el padre Gregorio Salvatierra el día de la Ascensión del Señor en el año 1826. Sus fundadores fueron originariamente pobladores de estirpe Itatín traídos por el conquistador Ñuflo de Chaves.

Creación: Creación de la primera sección municipal según Ley de Fecha 30 de septiembre de 1991.

Origen del nombre: Lleva este nombre por el origen étnico de la mayoría de sus pobladores. El vocablo "Guarayos", según los  etnólogos, significa "Guerreros", pero según el catequizador de la orden franciscana, padre Francisco La cueva, que vivió en la zona en 1823, cree que la palabra "Guarayos" proviene de dos vocablos, "Guara" que significa "nación" y "Yu" que significa "amarillo", lo que significa "nación amarilla" porque, según los mismos guarayos, ellos tienen la piel más amarilla que las demás tribus de la zona. Sin embargo, una tercera versión dice que de acuerdo a la tradición oral de los Chiquitanos, Guarayo significaría "Cuervo", y que era llamados así por los Chiquitanos "Guarayos" por el color más oscuro de su piel.

División Política: Tres cantones: Ascensión de Guarayos, Santa María (Nueva Esperanza) y San Pablo.

Ubicación geográfica:

Vías de acceso: Se llega a través de la carretera asfaltada que une con el departamento del Beni.

Distancia: Se encuentra a 340 km. al norte de Santa Cruz de la Sierra.

Clima: Húmedo, Seco.

Extensión:

Población: 16.984 habitantes (INE 2001)


Texto y foto: Gobernación de Santa Cruz - Richard Ilimuri - Internet


domingo, 5 de marzo de 2017

CHOLAS: las indígenas bolivianas que pelean en traje típico

La lucha profesional es conocida tanto por sus trajes característicos y trucos de pelea, como por el propio combate. Pero en La Paz, Bolivia, las famosas peleas de "cholitas" lleva esta práctica a un nuevo nivel de teatro y sorpresa en el ring.

Mezclando las prácticas de la WWE y la lucha libre mexicana, estas mujeres indígenas actúan semanalmente con vestimenta tradicional del pueblo Aymara y Quechua,
saltando y golpeando con grandes faldas de capas, sombreros tradicionales y chales coloridos.
En una muestra de poder y orgullo, las mujeres hacen una declaración contra la devaluación histórica y opresión de sus comunidades en América del Sur (el término ‘chola’ fue alguna vez un insulto contra las mujeres indígenas), y ganan notoriedad (y un poco de dinero) al mismo tiempo.
El fotógrafo italiano Daniele Tamagni, mejor conocido por sus ensayos de fotografía y su colaboración con Solange Knowles, las vio en acción en 2010, cuando las fotografió para su serie “Las cholitas voladoras”, una referencia al movimiento de sus faldas ondulantes y dramáticos saltos.
Durante varias semanas, Tamagni capturó a su líder, la formidable Carmen Rosa, y a sus amigas, en el ring y fuera de él, mientras luchaban o se preparaban para la pelea, y mientras compartían con sus familias.
Tamagni habló con CNN Estilo sobre lo que aprendió de esas famosas peleas.
¿Cómo llegó a fotografiar a las cholitas?
Estaba en Bolivia en 2010 en una asignación en una pequeña ciudad, muy aislada en las montañas. Cuando terminé ese trabajo
decidí quedarme un poco más para hacer mi propio proyecto. Antes de ir a Bolivia hice un poco de investigación sobre las luchadoras en La Paz, pero no conocía a nadie.

¿Fue fácil infiltrarse en el grupo?
Al principio fue un poco difícil. A veces encontraba otro grupo de cholitas que decían ser las famosas, pero no eran. Jugaban, hacían lucha libre para los turistas, lo hacían de una manera que no era auténtica. Ellas decían “si quieres que organicemos una pelea para ti, debes pagarnos y nosotras actuamos”. Eso no era lo que estaba buscando.
Pero luego, unos días después, me encontré con un manager que dijo que conocía a la real Carmen Rosa, y me la presentó. Ella es una mujer muy amable, muy grande y un poco mayor para practicar algo de deporte, y fue la fundadora de las cholitas.
Las semanas siguientes hice el reportaje. Estaba interesado en seguirlas en su vida diaria. Por ejemplo, Carmen Rosa es una cocinera y tiene un restaurante de comida de calle.
¿Recuerdas la primera vez que las viste luchando?
La primera vez que las vi luchando fue en un colegio. El dinero que ganaron en la pelea fue destinado para restaurar los baños de la escuela, así que fue un evento comunitario.

Es algo diferente a las luchas tradicionales, algo más real, en las que cada cholita tiene un papel. Carmen Rosa es la líder, la mejor, y su mejor amiga es Julia la Paceña, que es más teatral, salta más.
Es como un teatro. Los luchadores son más artistas. Su sueño es volverse superestrellas, ganar dinero y la posibilidad de ganar cada vez más. Ellas son gente realmente humilde, pero muy apasionadas de lo que hacen.
¿Qué admiras de la lucha de las cholitas fuera del ring?
En ese momento, creí que era interesante que lo que hacía no era solamente tomar imágenes del deporte. La personalidad de esas mujeres es muy fuerte.
Lo fascinante fue su atención con la elegancia, la atención que le daban a su estilo de vestir y a sus raíces indígenas. Como fotógrafo, me enfoco mucho en las subculturas, en la manera de vestir como una manera de sobresalir y actuar, y eso es lo que ellas hacen.

Las cholitas son mujeres indígenas que antes eran despreciadas, pero ahora, a través de la lucha, han ganado más poder.

Texto: CNN foto: Internet, Richard Ilimuri