jueves, 30 de noviembre de 2023

AGUAYO: Cuna milenaria de los andes

La Cuna milenaria de los pueblos indígenas originarios que sobrevivió los tiempos. En el lenguaje aimará le llaman simplemente “awuayo” y hace siglos que es la cálida cuna de nuestros hermanos originarios de Bolivia, Perú y el norte de Argentina y Chile.

No tiene secretos; es una simple manta rectangular que las mujeres acomodan en sus espaldas y con un nudo seguro, la atan hacia adelante a la altura del corazón.

En su interior, el niño protegido acompañara a su madre en largas caminatas, a veces hasta en trabajos en la tierra.

La confección de un awuayo necesita la misma laboriosidad de una cuna de madera o de un simple escarpín. Mientras espera el nacimiento de su hijo, la madre lo tejerá en  telares milenarios y lo teñirá con colores fuertes, copiados del plumaje bicolor, blanco y negro, del alcamari, un pájaro hermoso que disfruta su libertad en una especie de ave falconiforme de la familia Falconidae que habita a lo largo de la región Andina de la puna. Será una prenda sagrada y lo usarán también como mantel para la eucaristía. Cuando el niño ya no lo necesite, lo ofrecerán como homenaje a la Pachamama , la madre tierra. En gratitud por la nueva vida y en ruego para que el niño sea feliz.

Despierta ternura observar a las mujeres en sus caminatas o largas esperas, mantener intimas conversaciones con su niño. Charlas y también reproches cuando la pequeña guagua se porta mal en su cuna. El awayo, por la ternura que despierta, es lo más parecido al nido de un colibrí. En esa cálida fortaleza,  el niño duerme feliz, acunado por el arrorró que cantan los latidos del corazón de su madre.

Muchas veces he sentido la necesidad de abrir sus pliegos, mirar los vivos ojos negros que se asoman y sentir en mis manos el calor de la ternura. Pero llevan en su genes el alerta por la hostilidad de siglos y me dirán con la mirada, ¡cuidado, no estoy solo, me está cuidando mi madre!

No pierdo la esperanza que me entiendan; solo me asomaba para volver a sentir tanto amor.


domingo, 19 de noviembre de 2023

WALLUNK’A: Columpios para celebrar la tradición agrícola del valle

 Jóvenes y solteras se suben al columpio gigante
 y dos varones tiran de las cuerdas
Este ritual, característico del valle cochabambino, está asociado con una época fértil que permitirá una relación estable, feliz y próspera, establecida bajo la protección de los ancestros. 

El columpio es el escenario en el que las nuevas relaciones de jóvenes se inician en estas festividades. La wallunk’a está acompañada de cantos típicos vallunos que no se encuentra en otros lugares.

Las tradicionales   wallunk’as son columpios gigantes que se arman cada domingo durante el mes de noviembre, luego de la fiesta de Todos Santos. 

Mujeres jóvenes y solteras se suben al columpio gigante y dos varones tiran de las cuerdas para  impulsar a la moza, que, al ritmo de la música, debe esforzarse para sacar canastas premiadas que están colgadas adelante y atrás del columpio.

Deben ser creativos, darle originalidad y expresar exactamente  la fiesta de Todos Santos, dedicadas a ese tiempo, recordando a los difuntos, a los seres queridos que se fueron y no llegar al insulto procaz, sexo y humillaciones a la mujer.

Una vez que termina Todos Santos, comienza la fiesta de las wallunk’as, es la fiesta de los jóvenes, donde se enamoran, columpian. Los columpios celebran la vida y cierran la festividad de Todos Santos, en la que se celebra la muerte.

Las wallunk’as están acompañadas por baile, coplas, comida típica, chicha kulli y amarilla, además de mucha diversión, proliferan en todo el valle cochabambino durante el mes de noviembre, sobre todo los domingos,  aunque  hay columpios hasta el mes de febrero.



 



martes, 14 de noviembre de 2023

CHURUBAMBA: La Paz del pasado

Plaza Alonso de Mendoza con vista
 de la iglesia de de San Sebastián
Denominado Churubamba, (en aimara campo de caracoles), el sector en el que actualmente se erige la plaza Alonso de Mendoza fue la primera explanada que el español y su comitiva identificaron en el sector.

En los terrenos aledaños el cacique Quirquincho tenía una residencia en la que se dice llegó a alojarse el fundador, igualmente se afirma que el espacio ocupado actualmente por la Iglesia de San Sebastián fue inicialmente una waca sagrada​, ambas aseveraciones son cuestionadas por otros historiadores que cuestionan la existencia del cacique o la ubicación exacta del lugar de fundación.

ETAPA COLONIAL

La fundación de la ciudad llegaría el 23 de octubre de 1548 encontrando un grupo de familias españolas que ya habitaban el sector. La comitiva designada tras la implementación de la Iglesia de San Sebastián, la plaza asumió ese mismo nombre: Plaza de San Sebastián. La plaza fue espacio de interacción social de la ciudad de la clase media durante todo el periodo, en ella se desarrollaban actividades comerciales de pequeña escala. Cumplió a su vez funciones cívicas ya que en ella se situó un retrato de Fernando VII de España y en estandarte real delante del cual los ciudadanos debían jurar obediencia. Al ser conocida como plaza de los españoles, el espacio fue escenario de bienvenidas y recepciones de virreyes, obispos, corregidores e intendentes de la época quienes realizaban entradas simbólicas en la ciudad.

PRIMER INTENTO LIBERTARIO

El 30 de marzo de 1808 se produjo en la plaza el primer intento libertarios cuando un grupo de revolucionarios reunieron a la población en el sitio generando una revuelta, como respuesta el gobernador envió soldados de guarnición para apresar a los cabecillas, la aparición sorpresiva de los soldados hizo sospechar una traición por lo que los cabecillas de la revuelta expulsaron de sus filas a Tomás Orrantía y Ramón Ribert.

ETAPA REPUBLICANA

Tras el establecimiento de la república José María Linares en febrero de 1859 instaló su artillería para vencer a las tropas de Sebastián Agreda. Durante la etapa republicana se la denominó Alonso de Mendoza en conmemoración al fundador de la ciudad. A inicios del s. XX se implementaron árboles y se inició la construcción de una fuente, denominada La Fuente de la Paz tallada en Piedra Comanche por Humberto Beltrán.

SIGLO XX

Con motivo de un nuevo centenario de la ciudad, la plaza fue remodelada en 1948, ocasión en que se retiró la fuente y se implementó el monumento a Alonso de Mendoza que actualmente la ocupa, el Monumento pudo erigirse gracias a de Nemesio Iturri Núñez, Flavio Machicado, Hugo Almaraz, a la fundición en bronce de Toribio Quino.