Los pescadores indígenas del Amazonas boliviano creen que
los delfines de rio se transforman en hombres que seducen a las mujeres jóvenes.
Pero el mito ha puesto en peligro al cetáceo.
Una antigua leyenda indígena recorre los ríos de la Amazonía
boliviana. Por mucho tiempo ella dio pie para proteger a los bufeos, una
variedad de delfín de río, pero ahora es motivo para matarlos por el miedo que
inspiran.
Pueblos indígenas tan distintos en lengua y cultura como los
Araona, Baure, Chimán, Ese Ejja, Leco, Mosetén, Moxeño, Pacahuara, Tacana y,
entre otros, los Yaminahua, cuentan en su tradición oral la misma relación de
sucesos imaginarios y maravillosos.
Desde Bolpebra, en el extremo del mapa del departamento de
Pando el hito tripartito entre Bolivia, Perú y Brasil hasta Caranavi, población
del norte de La Paz y puerta de entrada al mayor bosque tropical del planeta,
se relata la misma historia sobre el Hombre Bufeo.
Crispín Ovale, cacique del Cabildo Indígena Moxeño de
Riberalta, en el departamento amazónico del Beni, no duda sobre la veracidad de
la leyenda.
Cuentan los indígenas de la amazona boliviana que en noches
de fiesta aparecen personas extrañas, de gran estatura y de tez muy blanca.
Bailan la noche entera, conquistan mujeres y desaparecen con
ellas, antes de despuntar el alba, en las orillas de los ríos. Según Ovale, las
mujeres nunca más regresan a la comunidad.
Se cree que los bufeos se transforman en hombres hermosos
para seducir a las mujeres jóvenes.
Y los estudios científicos no han hecho ms que acrecentar la
famosa leyenda. Según una reciente investigación, los bufeos, igual que los
hombres, cortejan a sus hembras con ramas, rocas y montones de barro que llevan
en la boca y que sacuden en el agua.
Lo que hacen es recoger pedazos de madera o montones de lodo
y exhibirlos ante las hembras.
Un equipo de investigadores brasileros y británicos estudió
durante tres años la conducta sexual de esta especie en los ríos del Amazonas
boliviano.
Descubrieron un comportamiento que, tal como afirman en la
revista Biology Letters, nunca se había visto en un mamífero acuático.
“Y este estudio lo demuestra, ya que los bufeos, o botos
como se los conoce en Brasil, tienen una conducta sexual que sólo se parece a
la de los humanos”, según el doctor Tony Martin de la Unidad de Investigación
de Mamíferos Marinos de la Universidad de San Andrés, en Escocia, y principal
autor del estudio.
De la leyenda a la realidad
Tanto los estudios como la propia leyenda explican en parte
el repentino interés de los pescadores por obtener los genitales de este
cetáceo para fabricar amuletos.
Los pescadores en el río Beni y Mamoré los matan también
porque dicen que les roban sus peces, arruinan sus redes y porque, creen,
atraen mala suerte.
De acuerdo con el periodista Juan Carlos Soto, de radio San
Miguel en Riberalta, Beni, organizaciones no estatales conservacionistas han
denunciado constantemente el hallazgo de delfines rosado del Amazonas
subespecie boliviana Inia boliviensis, de la familia del boto roso brasilero
muertos con heridas provocadas por machetes y arpones.
Un detalle que sobresale es que los cadáveres estaban
completos. Y es que en algunas zonas de la cuenca amazónica, los delfines son
buscados para vender sus partes.
“Los genitales y los ojos del Bufeo se venden como amuletos
en mercados populares de Riberalta”, aseguró Soto. Asimismo, hay una tendencia
creciente a utilizar su carne como carnada para atrapar otras especies de
peces.
Esta práctica es común en las comunidades asentadas en las
riberas del Madre de Dios, el Beni y Mamoré y constituye una seria amenaza para
la extinción del Bufeo.
En algunos casos, sin embargo, el estado en el que fueron
hallados los delfines demuestra que los pescadores los mataron con el objetivo
de eliminarlos y no de explotarlos porque el mamífero acuático es visto como
competidor por los recursos pesqueros.
De color rosado, suele medir hasta 2,8 metros de largo y pesar
200 kilos.
Es el ejemplar más grande de las cinco especies de delfines
de agua dulce, pero sus poblaciones están cada vez mas amenazadas. La Unión
Internacional para la Conservación de la Naturaleza y Recursos Naturales
clasifica al Bufeo como “insuficientemente conocido”.
Sequía, cambio climático
Además de la pesca indiscriminada, las catástrofes naturales
relacionadas con el cambio climático, expresadas en fuertes períodos de sequía,
se constituyen en factores que amenazan al Bufeo.
Y es que al bajar el nivel de los ríos se forman pozos y
canales aislados donde los individuos, principalmente jóvenes, quedan atrapados
y mueren.
Ese fue el caso durante la sequía de 2005, la más grave de
los últimos 50 años. En 2009 la región fue castigada también por el cambio
climático.
La falta de lluvias que se experimentó desde el mes de junio
provocó que la red de hidrovías de Beni y Pando esté casi paralizada.
La enmarañada red de ríos grandes y pequeños, lagos y
lagunas, disminuyeron notablemente su caudal.
Esa situación para el delfín Bufeo fue letal para muchos de
ellos, porque el bajo nivel de las aguas no les permitió sortear los numerosos
obstáculos de la selva.
Normalmente el Bufeo vive en aguas claras o fangosas pero
profundas y permanecen en los principales canales de los ríos durante la poca
seca cuando los tributarios y lagos llegan a ser tan bajos que no pueden
navegar. Ellos pueden ser vistos a menudo en las aguas poco profundas y a lo
largo de los bancos de ros descansando, jugando y apareándose.
Cuando las lluvias comienzan a caer y los niveles del agua
suben, gran parte del bosque se inunda. Los peces se mueven dentro de estas
reas para comer frutas y semillas que han caído de los árboles durante la poca
seca. Los delfines también se mueven dentro de estas zonas.
Se mueven fácilmente entre los árboles ya que su cuello es
más flexible que la de otros delfines dentro de los bosques inundados.
Sin embargo, tanto en época seca como húmeda, los delfines
permanecen activos las veinticuatro horas del día. Ellos pueden nadar en un día
normal hasta 30 kilómetros.
Protección, Esta especie es hallada solamente en Sudamérica y se
extiende a lo largo de toda la llanura de flujo de los sistemas de los ríos
Amazonas y Orinoco. Estos ríos fluyen a través de siete países: Bolivia,
Brasil, Colombia, Ecuador, Guayana, Perú y Venezuela.
Alguna legislación protectora existe en esos países, excepto
Bolivia, pero es un reto ponerlas a funcionar. Sin protección, la supervivencia
de los delfines de río está seriamente amenazada.
Bajo esa premisa, la Secretara de Recursos Naturales y Medio
Ambiente del departamento de Beni gestiona, desde principio de 2009, el
reconocimiento nacional del Inia boliviensis como patrimonio natural, lo que
debe ser sustentado mediante una ley aprobada en la Asamblea Legislativa
Plurinacional.
La especie ya fue declarada por la Prefectura del Beni como
patrimonio natural. Este reconocimiento resalta el valor de conservación de la
especie y de los ecosistemas acuáticos que se encuentran en esa zona del país.
En ms del 90% de la cuenca del Beni se encuentra el Inia
boliviensis, especie endémica de la región.
Se considera que para preservar la especie es fundamental
esta ley, porque, una vez vigente, facilitar la evaluación del impacto de
amenazas como la contaminación con hidrocarburos y mercurio, la construcción de
proyectos de infraestructura como represas e hidrovías y la pesca
indiscriminada.
Para ejecutar medidas de conservación en favor de la
especie, organizaciones conservacionistas bolivianas y de otros países
suramericanos planean realizar un estudio detallado de su distribución y
abundancia, implementar estrategias de manejo y aprovechamiento a nivel local y
regional, que promuevan alternativas productivas sostenibles como el turismo
responsable, en las cuales se dar participación directa a las comunidades
locales.
Los delfines de río están seriamente amenazados y en peligro
de extinción en otros continentes, como Asia, sin embargo Sur América y
particularmente Bolivia, todavía tiene poblaciones de delfines de río en
relativo buen estado de conservación.
Turismo y la ruta del Bufeo
Algunas empresas de turismo en el Beni trabajan en la
promoción de la Ruta del Bufeo. La Ruta contempla el área Protegida Municipal
Río Ibare Mamore, rica en biodiversidad y muy importante para el equilibrio
ecológico regional.
De acuerdo con estudios científicos, en el río Mamoré existe
la mayor colonia de esta especie de todo el planeta y allí las comunidades
indígenas de la etnia Yuracaré acogieron ferias ambientales informativas sobre
las especies en peligro, entre ellas el Bufeo.
Las ferias, denominadas Semanas de la Vida Silvestre, tienen
el objetivo de informar sobre los animales que están en peligro de extinción, en
veda total y las especies endémicas.
Características
Cabeza. Cabeza prominente, ojos pequeños y un hocico largo.
Tienen más de 100 dientes. Algunos de sus ellos son como molares que les
permite masticar a su presa.
Aletas. Pectoral amplia y aletas de cola. Aleta dorsal baja
a lo largo de la espalda.
Color. Las crías son grises al nacer. Los adultos varían de
gris a rosa brillante y algunos tienen colores mixtos gris y rosa.
Sonidos. Cuando están activos, realizan ruidos estrepitosos
al respirar. Bajo el agua producen articulaciones, ruidos crujientes y
graznidos.
Comportamiento. Nadan lentamente y sólo rara vez saltan alto
fuera del agua.
Alimentación. Comen más de 50 especies de peces.
Grupos. Generalmente se los encuentra en grupos de dos a
cinco individuos.
Tiempo de Vida. Desconocido, pero algunos científicos
piensan que deben vivir entre 15 y 25 años.
Apuntes
El Bufeo no tiene depredadores naturales, aunque indígenas
de la etnia Yuracaré, en el río Mamoré, aseguran que los caimanes y los
jaguares, en temporadas de sequía, los cazan.
Durante las épocas secas el caudal de los ríos baja y los
delfines de agua dulce son presas fáciles de pescadores y de mamíferos como el
caimán y los felinos.
Organizaciones No Gubernamentales dedicadas al medioambiente
denuncian constantemente matanzas de cetáceos como el bufeo en el departamento
del Beni.
En el departamento del Beni donde el bufeo tenía hasta hace
poco un excelente hábitat de vida, se ha visto en los últimos años amenazados
por la pesca indiscriminada.
Texto y foto: Internet- Richard Ilimuri