viernes, 6 de octubre de 2023

DANZAS, típicas Itonamas

Asentados en los territorios del departamento del Beni, poseen una organización fundada principalmente en la familia y parientes cercanos, caracterizados por relaciones de intercambio y reciprocidad. Este grupo indígena destaca por su respeto y sagrado espacio circundante y natural conservando su fe y creencias en lo sobre natural.

A pesar de su asimilación a diferentes sociedades, hoy en día la deidad máxima del pueblo Ítonama es “dijnamu” que representa el principio del mal encarnado en los espíritus de sus muertos: Que pueden causar la muerte a las personas.

En otros pueblos sucede lo contrario, lo que supone una perdida de todas sus tradiciones ancestrales nativas aparece el "emplumao" con alegría y regocijo este personaje típico Ítonama, jefe de los "Chonchines" danza que se baila principalmente en Semana Santa  y tambien en las Fiestas patronales de los pueblos.

EL EMPLUMAU

Lo destacable de este personaje, "armado" de un "colaepaji" (chicote de cola de pejiche) era el encargado de invitar a todos los vecinos a participar en la misa y procesión del santo patrono del poblao y poner orden.

DANZAS TÍPICAS DE HUACARAJE.

Actualmente con el objetivo de mostrar lo que es la cultura huacarajeña e itonama. a travéz de las diferentes danzas típicas, acompañado de música autóctona con coloridos trajes que utilizan los danzarines de "culturas vivas"  que tengan que ver con todo el acontecer cultural de la región. Dichas presentaciones se realiza gracias al Instituto de Lengua y Cultura Itonama ILC. en coordinación con las diferentes Unidades Educativas, el alumnado y padres de familia, con la participación del Cabildo Indigenal  y corregimiento de Huacaraje.

Richard Ilimuri

martes, 3 de octubre de 2023

América: Limpieza y exterminio de pueblos étnicos

Poco bara chiñor, poco bara  chiñor"

La limpieza étnica y el exterminio de pueblos enteros en América no termino en la época colonial... siguió y sigue en América de diversas y perversas maneras

Arreados como ganado, sobre el final de la mal llamada  Conquista del Desierto, el Ejercito formó un campamento en Valcheta, que más  bien fue un campo de concentración.  Por ahí paso el colono galés John Daniel Evans, quien recordaba así aquel siniestro lugar: “En esa reducción creo que se encontraba la mayoría de los indios de la Patagonia. (…) Estaban cercados por alambre tejido de gran altura, en ese patio los indios deambulaban, trataban de reconocernos, ellos sabían que éramos galeses del Valle del Chubut. Algunos aferrados del alambre con sus grandes manos huesudas y resecas por el viento, intentaban hacerse entender hablando un poco de castellano y un poco de galés: poco bara chiñor, poco bara chiñor” (un poco de pan señor).

Sigue Evans: "los indios tehuelches durante el verano se instalaban en los valles de la cordillera con sus toldos y su ganado; entrado el otoño levantaban campamento y se situaban cerca de GLYN DU a la vera del Río Chubut, es aquí donde frecuento al hermano el desierto que tantas destrezas me enseñó y en especial recuerdo a mi amigo hijo de una de las mujeres de Wisel. Al principio no lo reconocí pero al verlo correr a lo largo del alambre con insistencia  gritando BARA BARA, me detuve cuando lo ubiqué. Era mi amigo de la infancia, mi hermano del desierto,  que tanto pan habíamos compartido. Este hecho llenó de angustia y pena mi corazón, me sentía inútil, sentía que no podía hacer nada para aliviar su hambre, su falta de libertad, su exilio, el destierro eterno luego de haber sido el dueño y señor de las extensiones patagónicas y estar reducidos en este pequeño predio. Para poder verlo y teniendo la esperanza sacarlo le pagué al guarda con el dinero que mi madre me prestó para comprarme un poncho, el guarda se quedó con el dinero y no me lo entregó, sí pude darle algunos alimentos que no solucionarían la cuestión. Tiempo más tarde regresé por él, con dinero suficiente dispuesto a sacarlo por cualquier precio, y llevarlo a casa, pero no me pudo esperar, murió de pena al poco tiempo de mi paso por Valcheta.”

Del libro "John Daniel Evans, El Molinero" de Clery A. Evans.


viernes, 22 de septiembre de 2023

CHASQUI: El mensajero de los Andes

Los Chasquis eran seleccionados desde niños, los cuales además de correr muy rápido, debían ser muy atléticos y muy resistentes, ya que tenían que cubrir grandes distancias a grandes velocidades haciendo relevo de mensajería, ya que la comunicación en el imperio dependía de ellos.

Fueron los mensajeros del Imperio Inca; recorrían la red de los caminos reales Incas o Qhapaq ñan que conforman países como Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Argentina y Chile

El especial entrenamiento al que eran sometidos, hacía que sus pulmones se desarrollaran mucho, para así soportar recorrer grandes distancias a grandes velocidades. La Hoja de Coca, sagrada para los incas ayudaba a los chasquis a soportar los fatigantes recorridos en las alturas. Eran pocas las personas a las que se les permitía masticar hojas de coca, considerada por los incas como una planta divina, el chasqui tenía un papel privilegiado en la cultura inca.

El término chasqui proviene del quechua chaskiq o chaskij, que significa ‘el que recibe y da’, y esta era precisamente su labor. Los mensajes transportados por los chasquis eran cifrados en quipus; estos contenían registros oficiales, información de logística y demás información importante para el imperio.

Los chasquis podían atravesar la cordillera de los andes, la selva amazónica, o los extensos desiertos de la costa del Perú antiguo. Se dice que corrían alrededor de 2.4 kilómetros de un tampu (puesto de control y abastecimiento) a otro, luego de esto el mensaje era entregado a otro chasqui, quien lo llevaría hasta el siguiente puesto de control. Este sistema de relevo o postas hacia que los chasquis pudieran cubrir grandes distancias en cortos periodos de tiempo.

Los chasquis podían trasladar un mensaje hasta 320 kilómetros en un solo día. Esto hacia que un mensaje llegue desde la capital, Cusco, hasta Quito Ecuador, en solo cuatro días, cubriendo una distancia de 1.250 kilómetros. Esto es realmente asombroso, tomando en cuenta que solo son personas corriendo.

Los chasquis también sirvieron como sistema de alerta y espionaje. En caso de producirse un levantamiento en algún territorio lejano del imperio. La noticia debía llegar a la brevedad posible, para que así el Inca y sus generales pudieran organizar las estrategias. 

Luego de la conquista del Imperio, los españoles quedaron tan impresionados con la eficacia del “correo humano”, es así que los chasquis siguieron sirviendo durante la época del virreinato.

Se podría decir que aún se conserva este sistema de mensajería solo que ahora transmitimos amor hacia práctica deportiva y sobre todo al cariño y respeto inmenso por las montañas, corriendo por los Andes muy valiosos y llenos de muchas historia