domingo, 5 de marzo de 2023

POTOSI: La chola archimillonaria

La "chola potosina archimillonaria
portando en su vestimenta y joyería
 más de 2 millones de brillantes
 en el año 1885"


Juana Vidaurre (o Juana Arteche como también se la conoce) era hija legítima del entonces hombre más rico de Bolivia, Matías Arteche, llamado también "El Señor de Aullagas", quien había construido su fortuna gracias a sus minas en Colquechaca, de donde se extraía una plata con un 90% de pureza pureza altísima).

Arteche murió bastante joven y ante esto, la viuda y la hija legítima del hombre, le dieron su parte de
la herencia a Juana, quien se volvió millonaria de la noche a la mañana, la gente la llamaba "La Chola Millonaria" o "La Reina de las Minas".

"Doña Juana Vidaurre o Juana Arteche chola potosina archimillonaria dueña y señora de las antiguas minas de plata de Aullagas y Colquechaca (Potosí), muy amiga del magnate y ex presidente potosino barón de la plata don Gregorio Pacheco quien es considerada la chola más rica de la historia de Bolivia"

Juana manejó la casa Arteche y las minas y con ese dinero logró acceder al poder político. Durante las elecciones de 1884, que representaban un nuevo inicio democrático en el país, se enfrentaron los liberales con su candidato Eliodoro Camacho, los Constitucionales con Aniceto Arce y los demócratas con Gregorio Pacheco.

Juana apoyó económicamente a Pacheco y con ese dinero lanzaron prebendas para conquistar adherentes, en pocas palabras, compraban votos con regalos y dinero; esto llevó a Arce a buscar otros patrocinadores para hacer lo mismo y así surgió la premisa de la campaña del “cheque contra cheque” de la cual salió ganando Pacheco y, en consecuencia, Juana.

Así que Juana obtuvo ganancias políticas con todo esto, y no le fue nada mal, pero la economía cambió y el precio de la plata, que en el pasado se cotizaba altísimo, descendió y dejó en la ruina a muchos mineros plateros que a lo largo del siglo XIX habían amasado inmensas fortunas, uno de ellos fue Juana.

Para 1900, el poder de los mineros de la plata había dejado de existir, una nueva generación política, los liberales, se llevaba la sede de gobierno a La Paz, y un nuevo ciclo económico daba espacio a nuevos ricos, uno de ellos, apellidado Patiño, pero ésa es otra historia.

el cónsul de Bolivia en Bélgica (Bruselas) de nombre l. c. Thibon describe una fotografía en el año 1885 en idioma francés mencionando lo siguiente:

"doña juana vidaurre mujer archimillonaria porta a veces sobre ella más de 2 millones de brillantes".

Sayuri Loza - Internet - Richard Ilimuri

jueves, 2 de marzo de 2023

Cultura Yampara


Buscan revalorizar con la gran pukara del pujllay de Tarabuco que lo realizan cada tercer domingo del mes de marzo, culminando así su tradición histórica.

Como la nacion yampara era la cultura dominante en las tierras que hoy ocupa Chuquisaca desde tiempos preincaicos. Y destacan así el valor de este programa cultural cada tercer domingo del mes de marzo. En Jumbate (combate).

Revalorizando el "Pacha Puquy Raymi" su patrimonio cultural Yampara "para tomar contacto con la experiencia ancestral", una de las principales festividades preincaicas del calendario agrícola yampara. 
con la gran pukara del pujllay de Tarabuco.
 
Practican el trueque en el mercado yampara organizado de acuerdo a su "economía étnica" contemplado en la constitución boliviana como "economía comunitaria".
Revalorizando también su vestimenta autentica junto a la música que desarrollan con destreza de acuerdo a sus tradiciones.

En tiempo de los patrones estas personas eran empleados en comunidades  donde los dueños de las tierras que daban a la impartida a quienes vivían en ellas, pese al sufrimiento en el pasado de estas, personas, hoy sobreviven como la cultura yampara. 


Texto y foto: Richard Ilimuri

lunes, 20 de febrero de 2023

Mis padres vivieron 55 años casados

"Mis padres vivieron 55 años casados. Una mañana, mi mamá bajaba las escaleras para prepararle a papá el desayuno, sufrió un infarto y cayó. Mi padre la levantó como pudo y, casi a rastras, la subió a la camioneta. A toda velocidad, sin respetar semáforos, la condujo hasta el hospital.

Cuando llegó, por desgracia, ya había fallecido.

Durante el sepelio, mi padre no habló; su mirada estaba perdida. Casi no lloró.

Esa noche, sus hijos nos reunimos con él. En un ambiente de dolor y nostalgia, recordamos hermosas anécdotas y él pidió a mi hermano, teólogo, que le dijera donde estaría mamá en ese momento. Mi hermano comenzó a hablar de la vida después de la muerte, y de conjeturas de cómo y dónde estaría ella.

Mi padre escuchaba con atención. De pronto pidió que lo lleváramos al cementerio.

"¡Papá!", respondimos, "¡son las 11 de la noche, no podemos ir al cementerio ahora!".

Alzó la voz, y con una mirada vidriosa dijo:

"No discutan conmigo, por favor, no discutan con el hombre que acaba de perder a la que fue su esposa por 55 años".

Se produjo un momento de respetuoso silencio, no discutimos más. Fuimos al cementerio, pedimos permiso al velador. Con una linterna llegamos a la tumba. Mi padre la acarició, oró y nos dijo a sus hijos, que veíamos la escena conmovidos:

"Fueron 55 años... ¿saben? Nadie puede hablar del amor verdadero, si no tiene idea de lo que es compartir la vida con una mujer".

Hizo una pausa, y se limpió la cara. "Ella y yo, estuvimos juntos en aquella crisis. Cambié de empleo...", continuó. "Hicimos el equipaje cuando vendimos la casa y nos mudamos de ciudad. Compartimos la alegría de ver a nuestros hijos terminar sus carreras, lloramos uno al lado del otro la partida de los seres queridos, oramos juntos en la sala de espera de algunos hospitales, nos apoyamos en el dolor, nos abrazamos en cada Navidad, y perdonamos nuestros errores... Hijos, ahora se ha ido, y estoy contento, ¿saben por qué?

Porque se fue antes que yo. Ella no tuvo que vivir la agonía y el dolor de enterrarme, de quedarse sola después de mi partida. Seré yo quien pase por eso, y le doy gracias a Dios. La amo tanto, que no me hubiera gustado que sufriera...".

Cuando mi padre terminó de hablar, mis hermanos y yo teníamos el rostro empapado en lágrimas. Lo abrazamos, y él nos consoló: "Todo está bien, podemos irnos a casa; ha sido un buen día".

Esa noche entendí lo que es el verdadero amor; dista mucho del romanticismo, no tiene que ver demasiado con el erotismo, ni con el sexo, más bien se vincula al trabajo, al complemento, al cuidado y, sobre todo, al verdadero amor que se profesan dos personas realmente comprometidas".

Oscar Torres 09/06/20


Richard Ilimuri