miércoles, 30 de noviembre de 2016

EL ENIGMA DE LOS TOROMONAS: La desaparición del noruego Lars Hafskjold

La lista de quienes se introdujeron en lo profundo de la selva amazónica en busca del Paititi o de otras legendarias ciudades perdidas, sin haber jamás regresado, es numerosa.
El explorador más célebre del siglo pasado, el inglés Percy Harrison Fawcett, desapareció en su expedición de 1925, en pleno Mato Grosso, mientras que se dirigía hacia la Sierra del Roncador.

En 1970, el estadounidense Robert Nichols y los franceses Serge Debru y George Puel organizaron un viaje en busca de la ciudad perdida del Paititi.
Su cuartel general era Shintuya, pueblito situado en las orillas del Alto Madre de Dios. Con la ayuda de algunos guías Matsiguenkas, remontaron el río Palotoa hasta llegar al lugar donde están los bellísimos petroglifos de Pusharo. En ese momento, aunque los guías no quisieron continuar, ya que consideraban sagrado el territorio de las fuentes del Palotoa, los tres extranjeros decidieron proseguir solos, cegados por la ilusión de encontrar el Paititi. Fue un gravísimo error, pues cuando se exploran territorios de selva virgen, siempre es aconsejable ir en compañía de nativos. Los tres aventureros no regresaron nunca más y, según testimonios posteriores, murieron en manos de los temibles indígenas Kuga-Pacoris, de etnia Matsiguenka.
En 1972, el explorador japonés Yoshiharu Sekino tuvo contacto con indígenas Matsiguenkas que admitieron haber matado a los forasteros que se habían adentrado sin autorización en el territorio de las fuentes del Palotoa. Al japonés le entregaron incluso algunos objetos personales de los tres extranjeros desaparecidos dos años antes.
Veinticinco años más tarde, en octubre de 1997, el biólogo Lars Hafskjold (nacido en Noruega en 1960), emprendió un atrevido viaje a través de las montañas andinas, partiendo de la ciudad de Juliaca.
El noruego estaba interesado en la zona del Parque Nacional Madidi, una inmensa área protegida (18.957 kilómetros cuadrados) de selva pluvial tropical que se encuentra en el departamento de La Paz, en Bolivia.
La zona del Madidi fue explorada en el siglo XX, específicamente en 1911, por el coronel inglés Percy Harrison Fawcett cuando emprendió una arriesgada expedición iniciada en La Paz.
Fawcett, quien estaba en busca de las ruinas de una antiquísima civilización, atravesó los Andes y se detuvo en los pueblitos de Queara, Mojos, Pata y Santa Cruz del Valle Ameno, de donde se adentró en la selva pluvial tropical; y después de haber pasado Playa Paujil, arribó finalmente a San Fermín. Fawcett continuó a lo largo del Río Heath hasta encontrar una tribu de autóctonos llamados Echocas, casi en la confluencia del Río Heath con el Madre de Dios, en territorio boliviano.

El noruego Hafskjold, quien quería explorar a fondo el Parque Nacional Madidi, quizá tenía intenciones de comunicarse con la etnia de los Toromonas, indígenas no contactados.

Con este objetivo, Hafskjold había partido de Juliaca y había llegado a Sandia, para arribar después al pueblo de San Juan de Oro, zona explorada por primera vez por Pedro de Candía en 1538.
Hafskjold continuó su osado viaje, atravesando los pueblos de Putina Punco, Chocal, Punto Arc, San Ignacio y Curva Alegre, llegando finalmente a las orillas del Tambopata, el cual, en aquella área, señala la frontera entre Perú y Bolivia. Después de haber atravesado el río, Hafskjold se detuvo por algunos días en la comunidad boliviana de Linen.
Desde aquel lugar, acompañado por un joven de nombre René Ortiz, navegó a lo largo del Río Tambopata y, después de haber pasado por la aldea de San Fermín, llegó a la confluencia con el Río Colorado, punto llamado Encounter.
Luego de algunos días de pesca y exploración de la selva adyacente junto a René Ortiz, Lars Hafskjold decidió regresar a San Fermín y adentrarse en la selva del Madidi solo, sin la ayuda de René Ortiz. Fue una decisión muy extraña, ya que entrar en una zona prácticamente inexplorada y selvática, donde hay autóctonos no contactados como los Toromonas, puede resultar en extremo peligroso.
A partir de la información obtenida por el periodista argentino Pablo Cingolani durante varias de sus expediciones en el Río Colorado, se deduce que Lars Hafskjold llegó a la comunidad de San José de Uchupiamonas, en el Río Tuichi, lugar donde residió por algún tiempo años atrás. De aquella aldea, Hafskjold se adentró en lo profundo de la selva y nadie supo nunca más nada de él.
Se ha conjeturado demasiado sobre el destino del noruego, pero hasta hoy no se ha comprobado su muerte.
En la zona donde desapareció el biólogo noruego se dice que aún están presentes los legendarios Toromonas, indígenas de lengua Tacana, los cuales le dieron ardua guerra a los conquistadores españoles en los siglos XVI y XVII.
Los Toromonas eran fieles aleados de los Incas y, según algunas tradiciones, ayudaron a los sacerdotes Incas en su huida de los Españoles, la cual tenía el objetivo de salvar antiquísimos conocimientos esotéricos y enormes tesoros para esconderlos en Paititi, la legendaria ciudad perdida. ¿Es posible que Paititi se encuentre en la zona casi inexplorada de la selva pluvial boliviana?
Los Toromonas fueron diezmados sin escrúpulos durante la explotación del caucho en el siglo XIX, y oficialmente se extinguieron en el siglo XX.
Según otras versiones, en cambio, algunos sobrevivientes se retiraron a lo profundo de la selva, a las fuentes del Río Colorado y del Río Madidi, donde hasta la fecha viven y preservan sus tradiciones ancestrales.
¿Cuál pudo haber sido la suerte de Lars Hafskjold?
Según algunas opiniones, pudo haber sido secuestrado por la guerrilla revolucionaria Tupac Amaru, pero la policía local excluye esta posibilidad, ya que la zona del Madidi fue pacificada a partir de 1992.
Según otros rumores, pudo haber muerto al caer al río, y pudo haber sido sepultado por los indígenas.
En todo caso, resta la posibilidad de que los Toromonas lo hayan matado al ver en el forastero un invasor que se adentraba sin permiso en su territorio, sin la compañía de algún nativo.
Sin embargo, otras versiones de lo sucedido, las cuales tienden a la leyenda, narran que Hafskjold fue aceptado por los Toromonas como “sacerdote blanco” y que vive actualmente en una localidad secreta.
Hubo varias expediciones ulteriores en la zona del Madidi, como la dirigida por Pablo Cingolani y Álvaro Diez Astete en el 2000/2001, pero no se logró revelar el misterio de la desaparición del noruego.
¿Es posible que los Toromonas sean, quizá junto con los Kuga Pacoris del Madre de Dios, los ancestrales guardianes de varias pequeñas fortalezas perdidas en la selva, las cuales fueron usadas por los Incas para esconder sus antiguos conocimientos esotéricos y sus tesoros?
Sólo sucesivas expediciones podrán revelar el arcano misterio de estas enigmáticas desapariciones (no se encontraron jamás los cuerpos de ningún explorador extraviado en la selva amazónica).
No obstante, se espera que quien viaje con el fin de aclarar la verdad no esté motivado por la ciega codicia de apropiarse de los tesoros del Paititi, sino por un sentimiento de absoluto respeto hacia las comunidades nativas, los animales de la selva y el ambiente natural.

La selva amazónica no es un “infierno verde”, tal como algunos aventureros la han definido, sino un paraíso maravilloso que día a día está cada vez más en riesgo de desaparecer a causa de la siniestra carrera del hombre por apropiarse de sus riquezas escondidas.

Texto y foto: Richard Ilimuri - Word Press

sábado, 26 de noviembre de 2016

Muere Fidel Castro a los 90 años

"Con profundo dolor comparezco para informarle a nuestro pueblo, a los amigos de nuestra América y del mundo que hoy 25 de noviembre del 2016, a las 10.29 horas de la noche falleció el comandante en jefe de la Revolución cubana Fidel Castro Ruz", ha dicho emocionado el mandatario. “En cumplimiento de la voluntad expresa del compañero Fidel, sus restos serán cremados en las primeras horas de mañana sábado 26.[…] ¡Hasta la victoria! ¡Siempre!”.

Fidel Castro ha muerto. A los 90 años de edad, el líder histórico de la Revolución cubana, ha fallecido esta noche en La Habana. Su hermano, el presidente Raúl Castro, lo ha comunicado en un mensaje de televisión. "Con profundo dolor comparezco para informarle a nuestro pueblo, a los amigos de nuestra América y del mundo que hoy 25 de noviembre del 2016, a las 10.29 horas de la noche falleció el comandante en jefe de la Revolución cubana Fidel Castro Ruz", ha dicho emocionado el mandatario.


La muerte de Fidel Castro cierra 60 años de historia, desde que desembarcó en Cuba con un grupo de rebeldes provenientes de México en 1956 para impulsar la guerrilla que derrocó a Fulgencio Batista en 1959 hasta hoy, fecha final de la existencia de una de las principales figuras del siglo XX.
Después de estar 47 años de manera ininterrumpida al frente del régimen socialista que construyó en torno a su liderazgo, Castro abandonó el poder hace justo diez años, en 2006, por problemas de salud. Raúl Castro, cinco años menor, tomó el mando entonces provisionalmente y dos años después, en 2008, lo sucedió formalmente como presidente del Consejo de Estado y del Consejo de Ministros.

Raúl Castro agregó en su mensaje que en las próximas horas se anunciará cómo se realizarán las exequias de Fidel Castro, a quien se vio por última vez el pasado 15 de noviembre, cuando recibió en su residencia al presidente de Vietnam, Tran Dai Quang. La semana pasada estaba previsto que recibiese al primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, pero la cita se canceló.

Desde que se vio obligado a abandonar el poder en 2006, la principal actividad pública de Fidel Castro fue la publicación de artículos en la prensa cubana. Su presencia se fue espaciando gradualmente pero se mantuvo presente hasta los últimos tiempos, como cuando en marzo pasado, días después de la histórica visita de Barack Obama a la isla, publicó una columna en la que mostraba sus reticencias ante el acercamiento del presidente de Estados Unidos al Gobierno cubano. "No necesitamos que el imperio nos regale nada", fue su frase más significativa, su rechazo final, poco antes de morir, al país con el que se peleó durante décadas, su enemigo irreconciliable.
La muerte de Castro supondrá una enorme sacudida emocional en Cuba, tanto para sus partidarios como para sus detractores, por el peso abrumador que ha tenido su figura en la vida cubana durante generaciones y generaciones. Políticamente, es el símbolo del fin de una era, aunque eso no signifique que quepa esperar pronto cambios sustanciales en el sistema cubano. Queda como último sostén de los líderes de la Revolución su hermano Raúl Castro.

En Miami, donde vive la comunidad cubana más grande fuera de la isla, cientos de personas han salido a las calles para celebrar la noticia. Muchos se han reunido en la zona de la Pequeña Habana, alrededor del Restaurante Versailles. Entre bocinazos y ruidos de cacerola se escuchaban eslóganes como "Fidel, tirano, llévate a tu hermano" y "libertad para Cuba".

Texto y foto: internet
Richard Ilimuri

viernes, 18 de noviembre de 2016

Indígenas matan con flechas a seis buscadores de oro en Brasil

Las víctimas practicaban la minería ilegalmente en un área en el estado de Roraima, fronterizo con Venezuela.

“Los muertos fueron comunicados por la Asociación de los pueblos Yanomami de Roraima Hwenama y un equipo de la Funai se prepara para ir al lugar”, dijo a la AFP un portavoz de la Fundación Nacional del Indio (Funai).

De su lado, un vocero de la policía de Boa Vista, capital de Roraima, aseguró a la AFP que “ignora las causas del conflicto” ocurrido en la remota región de Homoxi (centro-oeste de Roraima), y que un grupo de agentes acompañará a los integrantes de la Funai al lugar.
El enfrentamiento entre los mineros y los indígenas habría ocurrido el primero de noviembre, pero las muertes solo se confirmaron a principios de esta semana.

Hasta ahora, los buscadores de oro habían sido considerados “desaparecidos”.

“No sabemos la razón del conflicto, porque los indios del pueblo donde ocurrieron las muertes dijeron por radio que nos explicarán lo que sucedió cuando vayamos personalmente”, afirmó el presidente de la Asociación de los pueblos Yanomami de Roraima Hwenama, Junior Hekuari, al sitio de noticias G1.

Según él, los cuerpos de los “garimpeiros” (como se llama a los buscadores de oro en portugués) se encuentran en una zona aislada de la selva, a unos 16 kilómetros de la comunidad Xereu II.

Unos 900.000 indios pertenecientes a 305 etnias viven en Brasil, que tiene una población de 206 millones de habitantes.

Las tierras indígenas, concentradas principalmente en la Amazonia, representan el 12% de la superficie del país.

Aunque según la Constitución tienen “derechos originarios sobre las tierras que tradicionalmente ocupan” -aquéllas que habitan de forma permanente y utilizan para sus actividades productivas- muchos de sus terrenos no han sido reconocidos aún y son invadidos a menudo por colonos rurales u otros grupos con intereses en sus suelos.

Texto y foto: Richard Ilimuri - AFP Internet