viernes, 14 de julio de 2023

Guardianes de la selva: los pueblos indígenas de las tierras bajas de Bolivia

En el vasto oriente boliviano, donde la selva respira, los ríos marcan el ritmo de la vida y la tierra guarda memorias antiguas, habitan los pueblos indígenas de las tierras bajas. Son más de 30 naciones originarias que, desde tiempos ancestrales, han sabido convivir con la naturaleza sin dominarla, reconociéndose como parte de ella.

Chiquitanos, guaraníes, moxeños, guarayos, ayoreos, chimanes, mosetenes, ese ejja, tacanas y muchos otros pueblos mantienen vivas culturas que no solo hablan del pasado, sino que dialogan con el presente y reclaman un futuro digno.

Territorios donde la historia sigue viva

En la Chiquitania, el pueblo chiquitano, el más numeroso de las tierras bajas, resguarda una herencia marcada por la música, el trabajo comunitario y la relación espiritual con el bosque. Más al sur, en el Chaco, el pueblo guaraní conserva una profunda historia de resistencia frente a la colonización y la explotación, aferrado a su identidad y a su lengua como banderas de lucha.

En las llanuras y humedales del Beni, los moxeños trinitarios e ignacianos mantienen tradiciones que combinan saberes indígenas y herencias misionales, mientras que los guarayos, a orillas de grandes ríos, sostienen una vida ligada al bosque y al agua.

En regiones más aisladas, como el Chaco seco y la Amazonía profunda, pueblos como los ayoreos, tsimane, mosetenes, ese ejja y tacanas continúan practicando la caza, la pesca y la recolección, defendiendo su derecho a vivir según sus propias formas, algunas de ellas amenazadas por el avance de la frontera extractiva.

Una cultura que se siembra y se hereda

La vida comunitaria es el corazón de estos pueblos. La agricultura ancestral —basada en la yuca, el maíz y otros cultivos nativos— se combina con rituales, relatos orales y una espiritualidad profundamente ligada a la tierra, los animales y los ríos.

Sus lenguas originarias —como el guaraní, el mojeño, el chiquitano o el tsimane— no son solo medios de comunicación, sino archivos vivos de conocimiento, hoy reconocidos como idiomas oficiales del Estado Plurinacional de Bolivia.

Defender la vida, defender el territorio

En la actualidad, muchos de estos pueblos se organizan en Territorios Indígena Originario Campesinos (TIOC), espacios que representan mucho más que una delimitación geográfica: son territorios de identidad, memoria y supervivencia cultural.

Sin embargo, enfrentan desafíos constantes: la presión sobre sus tierras, la deforestación, la pérdida de sus lenguas y la amenaza a sus formas de vida tradicionales. Aun así, su resistencia persiste.

Los pueblos indígenas de las tierras bajas no son vestigios del pasado. Son guardianes del presente y del futuro, portadores de saberes esenciales para la conservación de la biodiversidad y para repensar la relación entre la humanidad y la naturaleza.

Texto y foto: Richard Ilimuri - Internet

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