Niñas
cavineñas con su cántaro, cerca del río Beni |
Antes de que llegaran las misiones evangelizadoras los cavineños sufrieron varias migraciones debido al conflicto con los Esse
Ejjas; luego fueron reducidos por los jesuitas y los franciscanos.
En 1764, se fundó la Misión Franciscana de Esmeralda, aunque las primeras referencias sobre este grupo se encuentran en Eguiluz (1696). Los traslados de los Cavineño propiciados por los religiosos fueron varios y generalmente se debieron a los conflictos armados que los Cavineño tenían con los Esse Ejja, conocidos también como Chamas.
Sus formas de vida están familiarizadas con hábitos occidentales, la caza con escopetas, rifles y salón. Tampoco han abandonado del todo practicas como la pesca, en la que utilizan “sacha y barbasco” una planta para adormecer a los peces
La Misión cambió de nombre en el siglo XIX, denominándose Cavinas. En 1910 la Misión es nuevamente cambiada, llegándose a ella por Puerto Cavinas, que era el puerto Fluvial, a 3 Km. de la Misión; el mismo año el sacerdote franciscano Mariano Montero, tramitó, en la sede de gobierno, la dotación de tierras para los Cavineño, las que fueron otorgadas en el orden de las 72.000 has.
En 1942, con la secularización de los franciscanos, los religiosos Maryknoll toman la Misión, quienes tuvieron una penosa relación con los indígenas, ya que estos, los expulsaban monte adentro, por lo que, los que salían de la Misión, empezaron a formar distintos asentamientos dispersos.