Un comunario muestra un hacha de piedra |
Mientras preparaba la tierra para sembrar, los comunarios del Valle de Zongo y Choro Zongo encontraron takanas (ollas de barro andino-amazónico) y la continuación del Camino del Inca a dos kilómetros de la comunidad La Esperanza de la provincia Murillo, en La Paz.
En su afán de ser reconocidos por el Gobierno como productores tradicionales de la hoja de coca, los habitantes buscan su historia e identidad en los vestigios incaicos y españoles.
Los instrumentos. Entre los vestigios que hallaron los comunarios en sus sembradíos se encuentran hachas de piedra, botellones de vidrio, chullpas, ollas de barro andino y costales tejidos con lana de oveja y llama, además de diferentes objetos trabajados en piedra.
Comunidad Zongo Choro. |
El oro verde; El arqueólogo e investigador Wanderson Esquerdo resaltó que los incas crearon las primeras comunidades en Zongo.
“Eran de siete a ocho pueblos en ese tiempo, y pusieron caciques en cada uno para que la producción de la hoja de coca sea llevada una vez al año a Perú”. Esquerdo indicó que entre 2005 y 2006 se realizó una prospección de la región junto a la Dirección Nacional de Arqueología del Viceministerio de Cultura.
“Con las prospecciones se levantaron bastantes sitios arqueológicos y se hará la evaluación de los vestigios”.
El comunario Manuel Álvarez |
Actualmente, el arqueólogo sólo hace las evaluaciones del sitio por invitación de los habitantes. “Ahora no se hace prospecciones porque demandan una investigación minuciosa que deriva en excavaciones arqueológicas”. Destacó que los vestigios hallados datan de hace más de cien años.
Según señaló el investigador, la región de Zongo, en la época precolonial, fue exclusiva para la siembra de coca. Los incas fundaron más pueblos alrededor de la zona para expandir su producción. Cuando los españoles dominaron estas tierras, descubrieron que la hoja de coca generaba un importante movimiento, incluso más que el oro, por lo que se la denominó “oro verde”.
Arqueólogo Wanderson Esquerdo |
Lino Mita muestra un tallado en piedra. |
Texto y foto: Richard Ilimuri