

Esta situado sobre los hitos 73 y 76, que forman 94 vertientes (ojos de agua) con una capacidad de caudal, según un calculo hidrométrico de 270 litros por segundo en los meses de lluvia y 170 en temporadas secas. Las temperaturas oscilan entre los cinco grados bajo cero en verano y menos veinticinco grados en invierno. Vientos que alcanzan entre 50 y 85 kilómetros por hora.

Las aguas subterráneas, ojos y humedales afloran cinco kilómetros dentro el desértico territorio boliviano por tanto el estado es dueño del 100 por ciento. Y estas buscan un curso natural (se llama trayecto del agua) en este caso atraviesa la rocosa frontera de Chile y desembocar al primer estanque artificial donde es tratado como cualquier agua dulce. Por las condiciones geológicas del lugar, las aguas del manantial no pueden ser aprovechadas por los bolivianos.

El 3 de septiembre de 2009 una comisión encabezado por el canciller David Choquehuanca junto al comité cívico potosino, delegados y comunarios del cantón Quetena chico, inspeccionaron, desde su nacimiento hasta la frontera con Chile, recorriendo los cinco kilómetros el cause de los manantiales del silala. En el recorrido se pudo evidenciar los canales artificiales hechos de piedra volcánica y tubos. Trabajos hechos hace más de cien años, por la empresa chilena The Antofagasta – Bolivia Railway Company Limited. La presencia del canciller en los manantiales. Fue antes de la firma del preacuerdo de los 13 puntos puestos en la agenda de negociación con Chile, en el cual se compromete a pagar por el uso de las aguas dulces. También Choquehuanca se comprometió en un pequeño discurso a no negociar nada (con Chile) a espaldas del pueblo boliviano.


Texto y foto: Richard Ilimuri.