sábado, 15 de octubre de 2016

Los indigenas cerveceros

Un documento de 1923, hallado por los historiadores Ana María Lema y Roger Mamani, revela la relación entre dos labradores y la comercialización de cerveza como una valiosa estrategia de vida.


Es un día de diciembre de 1923, los indígenas labradores Dionisio Quispe y Manuel Ventura compran 36 docenas de botellas de cervezas de la Cervecería Boliviana Nacional (CBN). Tienen el firme propósito de trasladar el producto a la localidad de Viacha, según se estima, con la finalidad de comercializarla durante alguna festividad local. Sin embargo, algo impediría que concreten sus planes. 

Este documento hallado en el Archivo de La Paz fue bautizado por los historiadores Ana María Lema y Roger Mamani como los "indígenas cerveceros”. Ambos se encargaron de elaborar una recapitulación de la historia de la CBN en conmemoración de sus 130 años de existencia.

Cervecería Boliviana Nacional 1886-2016: 130 Años de Historia repasa  diferentes hechos  relacionados a una de las bebidas más emblemáticas del país y el mundo. La demanda de la cerveza que impulsa la conformación de la industria en La Paz, su contribución en el desarrollo económico del país,  su papel como estrategia de vida  y su presencia en las fiestas populares forman parte de la   investigación.

"Este es el primer documento que encontramos sobre la vinculación, tan temprana, de la Cervecería Boliviana  Nacional con un sector popular que está haciendo un negocio, transportando cerveza desde La Paz hasta Viacha en un entorno muy difícil, por las condiciones de las carreteras, para distribuirla”, explica Mamani.

La CBN fundada el 20 de octubre de  1886 como resultado de la fusión de Cervecería Americana, del alemán Alejandro Wolf, y Cervecería Nacional, teniendo como propietarios a  Luis Ernst, Hugo Preuss, Federico Groenewold,  y Eugenio Stohmann, también de nacionalidad alemana.

Labradores vs. impuestos
Al comprar las 36 docenas de cervezas, Quispe y Ventura pagan el impuesto estipulado para la venta de bebidas alcohólicas en La Paz. Emprenden entonces el largo y pesaroso camino hacia Viacha por rutas de tierra y por la cantidad de carga, probablemente ayudados por mulas.

Amarga es su sorpresa, cuando al llegar a Viacha,  el licitador del impuesto de internación a la cerveza del país les dice que su carga es contrabando.  

 "Rosendo Valencia era el cobrador de impuestos de la localidad, él les pide que paguen un nuevo impuesto para la internación de esa cerveza en Viacha (...). Ellos  se identifican como labradores, pero señalan que por necesidad de ganar dinero adquieren la bebida para distribuirla”, detalla Mamani.

Valencia les decomisa la cerveza. Como la inversión de la tal vez única dotación de cerveza para la  celebración en la localidad peligraba, los labradores deciden tomar cartas en el asunto y llegar hasta las últimas consecuencias.

Después de buscar sin éxito al Prefecto, Quispe y Ventura deciden llevar al tal Valencia a los estratos judiciales exigiendo que les restituyan la cerveza. La Corte Suprema de Distrito interviene y ordena que  la carga de bebida sea devuelta a sus propietarios una semana después.

Si las cervezas fueron devueltas o no, es un misterio. El documento finaliza con la determinación de la justicia. El hallazgo de este documento  resultado de  la búsqueda de Mamani, que también es archivista,  abrió una puerta a los historiadores para  observar cómo la cerveza se establece como vínculo entre la empresa y sus consumidores, ello  a través de estos labradores que son  distribuidores.

"Estos labradores son los  ‘proto’ distribuidores que conocemos en la segunda mitad del siglo XX y cuya figura paradigmática es Max Fernández. Esto nos muestra cómo la cerveza se va abriendo camino en el ámbito del consumo popular”, explica Lema.

Para los historiadores, el documento refleja que  la venta o reventa de cerveza en acontecimientos sociales era percibida como una valiosa estrategia económica.

El gusto del pueblo
A finales del siglo XIX y principios del siglo XX, la cerveza era consumida por alemanes y por algunos sectores de la élite paceña, pero para la segunda década del siglo pasado ya se  consumía en Viacha, según el documento. Sin embargo,  no se sabe con certeza cuál fue  la primera experiencia de distribución  de esta bebida realizada por indígenas en alguna  localidad.

La ciudad de  La Paz de Quispe y Ventura, de quienes se ignora si nacieron en Viacha, tiene impuestos municipales para la venta de "los alcoholes”, además del gravamen nacional para su consumo. El  vino, champaña,  coñac y, por supuesto , la cerveza importada y la nacional  tenían una carga impositiva. La asignada a  la cerveza estaba en constante ascenso debido a la creciente demanda nacional.

En 1923 el presidente de Bolivia  es Bautista Saavedra, se vive el auge del estaño y son las vísperas del centenario de la República de Bolivia. Años antes (1899) La Paz se convirtió en sede de Gobierno, lo que tuvo implicaciones políticas y económicas. 

La contribución económica de la cerveza se da desde entonces en varios aspectos, como la comercialización  en la que  intervienen cada vez más intermediarios. Los beneficios se distribuyen  no sólo en la CBN, sino entre los involucrados en la   intermediación.

La presencia de  indígenas migrantes del campo en las filas de los obreros de la CBN se observa   años después en registros fotográficos de la década de 1950.

Los insumos de la cerveza que compraron los  labradores eran en su mayoría importados. Para entonces la demanda de producción de la CBN superaba a la producción nacional de cebada, por ejemplo,  que también era adquirida por la compañía cervecera.

Del oro a la cerveza
Pero el ingrediente clave de la cerveza era el agua. "Sospechamos, es una hipótesis,  que la ubicación de la cervecería, donde ha estado desde un principio, no fue casual. Y que se determinó en gran parte por  la presencia de vertientes en la zona, conocida como Challapampa”, comenta Lema.

Fueron esas vertientes, según los historiadores,   las que se utilizaron en la época prehispánica para lavar oro.   En la zona se ubicaba un asiento aurífero  que fue el que  atrajo a los españoles al valle de Chuquiago.

El papel  del agua de vertiente y su pureza fue puesta nuevamente en valor cuando  CBN adquirió la cervecería Unión Huari en 1930,  en Oruro.

"Pasamos del oro a la cerveza (...). Una bebida que pasó  de ser importada a tener un creciente consumo. Ya en 1908, Bolivia exporta 351 litros de cerveza a Europa, una cantidad mínima, pero simbólica para el orgullo boliviano”, concluye Lema.

Texto y foto: Pagina Siete Richard Ilimuri Internet

martes, 11 de octubre de 2016

La masacre de Perón al pueblo pilagá

Prisioneros Pilagá fotografiados junto a un gendarme
En octubre de 1947, transcurridos dos años de la primera presidencia de Perón, la Gendarmería Nacional al mando de Natalio Faverio masacró a no menos de mil indígenas pilagás, y doscientos aún continúan desaparecidos en Rincón Bomba.


Territorio nacional de Formosa en 1947. Dos años después del “día de la lealtad peronista”. Las familias pilagás, tobas y wichis se dirigen caminando a la Compañía El Tabacal en Tartagal (Salta), propiedad del terrateniente oligarca y empresario del azúcar Robustiano Patrón Costas, en busca de trabajo. El gobierno de Perón había establecido un régimen de trabajo esclavo y el patrón no cumplió con el salario prometido. Los indígenas reclamaron y fueron despedidos. Acechados por el hambre y las enfermedades deciden volver con sus familias a su territorio en Las Lomitas (Formosa).
Los temores al “gran malón”, a la “sublevación indígena”, a “los indios revoltosos”, en “actitud de alzamiento” se expresaban en la prensa de la época y en los voceros de la clase política gobernante. Esto generó un clima propicio para la represión. La Gendarmería formó una línea de más de cien hombres armados entre el pueblo y la comunidad. Al acercarse para parlamentar empezó la represión.

El 10 de octubre comienza el otro octubre peronista, la matanza se lleva adelante. Los gendarmes provistos con ametralladoras, carabinas y fusiles avanzaron sobre la comunidad. La cacería por el monte duró tres semanas. Durante las noches los gendarmes encendían bengalas para iluminar un territorio para ellos desconocido. Fue un asunto de Estado. Desde Buenos Aires se enviaron dos aviones de la Fuerza Aérea utilizados para reprimir desde el aire. Esta fuerza lo reconoce como su bautismo de fuego.

Los testimonios de los pueblos originarios se refieren a una masacre, un genocidio. Sus cuerpos fueron arrasados por topadoras y quemados. Las mujeres y las niñas fueron violadas. Los ancianos, fusilados. Muchos fueron perseguidos hasta Paraguay, donde fueron detenidos para ser llevados a las reducciones. En el año 2006 se encuentran veintisiete cuerpos, y un grupo de abogados inicia acciones legales contra el Estado nacional por violaciones a los derechos humanos.

Nadie de Gendarmería fue castigado por la masacre y el genocidio. Santos Costas, quien fue integrante de la fuerza en el momento de los hechos, fue felicitado y ascendido por Orden 2.595 del director de Gendarmería Nacional. Luego abandona la fuerza y se convierte en juez federal en Formosa. Su juzgado tiene la causa de lesa humanidad por los hechos que se le imputan. Uno de los gendarmes espera en su casa mientras la Cámara Federal de Resistencia resuelve su imputación. Por otro lado, los pueblos originarios continúan siendo asesinados y perseguidos. Mientras una delegación de mujeres participó en Rosario denunciando al estado genocida, la Federación Pilagá invita al acto en conmemoración de los 69 años de la masacre.


Texto y foto: Hernan Perriere  Richard Ilimuri Internet

lunes, 10 de octubre de 2016

Como se edita un texto, las cinco reglas de Botsford


Gardner Botsford fue editor de The New Yorker. En este extracto de Life of Privilege, Mostly, expone unas reglas para editar un texto.]

A principios de 1948, la entrega de «Carta desde París» y «Carta desde Londres» se trasladó desde el domingo a un día más civilizado de la semana, y a mí me trasladaron con ella. Otra persona pasó a encargarse de las noches de domingo y empecé a dedicar la mayor parte del tiempo a editar largas piezas factuales: «Perfiles», «Reportajes» y textos de ese tipo. Seguí editando a Flanner y Mollie Panter-Downes –de hecho, a partir de entonces edité todo lo que cualquiera de los dos escribiese para la revista–, y también me asignaron a varios escritores de primera clase del New Yorker, con muchos de los cuales formé alianzas permanentes. Eso implicaba menos tiempo con los escritores de menor calidad con los que había empezado, los Helen Mears y Joseph Wechsberg. Helen Mears era una escritora olvidable; a Joseph Wechsberg lo recordaré siempre. Era un incordio, un Mal Ejemplo y un rito de paso para cada editor junior. Para empezar, era checo y en realidad nunca aprendió inglés. (Aquí hay una observación biológica de Wechsberg que he conservado intacta a lo largo de los años: «Sin los largos hocicos de los abejorros, los pensamientos y el trébol rojo no pueden ser fructificados».) Además, había empezado como escritor de ficción (ahora es más conocido, si es que se le conoce por algo, por algunos relatos que publicó en la revista antes de la guerra) y, cada vez que los datos que necesitaba resultaban elusivos, se los inventaba. Como su escritura estaba desvinculada de la gramática, el vocabulario y la cordura (ver arriba), podía escribir muy deprisa, y no había nadie más prolífico que él. Sandy Vanderbilt siempre decía que había editado más a Wechsberg que yo, y que había editado más a Wechsberg de lo que el propio Wechsberg había escrito, por culpa de una pesadilla recurrente en la que trabajaba en un manuscrito implacable e interminable de Wechsberg que seguía supurando por mucho que Sandy trabajara, pero cuando fuimos a la morgue y sacamos el archivo de Wechsberg, ninguno de los dos podía recordar quién había editado qué, o, para ser más precisos, quién había escrito qué. Lo que nos molestaba era que Wechsberg era inmensamente popular entre los lectores, lo que quería decir que nosotros éramos inmensa, aunque anónimamente, populares entre los lectores. Cuando llegaron algunos editores que eran todavía másjuniors que yo –Bill Knapp, Bill Fain, Bob Gerdy y un par de figuras más transitorias–, les asignaron a Wechsberg y yo quedé libre al fin. No totalmente libre, por supuesto.

Como la revista publicaba cincuenta y dos números al año, la mayoría de los cuales contenía (entonces) al menos dos piezas factuales, era demasiado esperar que los escritores de primera fila pudieran satisfacer esa demanda. Eso abrió la puerta a escritores de segunda línea y yo (como Sandy, Shawn y todos los demás) tenía que echar un
a mano. Era el tipo de trabajo que me llevó a una serie de conclusiones sobre la edición.

Regla general nº 1: Para ser bueno, un texto requiere la inversión de una cantidad determinada de tiempo, por parte del escritor o del editor. Wechsberg era rápido; por eso, sus editores tenían que estar despiertos toda la noche. A Joseph Mitchell le costaba muchísimo tiempo escribir un texto, pero, cuando entregaba, se podía editar en el tiempo que cuesta tomar un café.

Regla general nº 2: Cuanto menos competente sea el escritor, mayores serán sus protestas por la edición. La mejor edición, le parece, es la falta de edición. No se detiene a pensar que ese programa también le gustaría al editor, ya que le permitiría tener una vida más rica y plena y ver más a sus hijos. Pero no duraría mucho tiempo en nómina, y tampoco el escritor. Los buenos escritores se apoyan en los editores; no se les ocurriría publicar algo que nadie ha leído. Los malos escritores hablan del inviolable ritmo de su prosa.

Regla general nº 3: Puedes identificar a un mal escritor antes de haber visto una palabra que haya escrito si utiliza la expresión «nosotros, los escritores».       

Regla general nº 4: Al editar, la primera lectura de un manuscrito es la más importante. En la segunda lectura, los pasajes pantanosos que viste en la primera parecerán más firmes y menos tediosos, y en la cuarta o quinta lectura te parecerán perfectos. Eso es porque ahora estás en armonía con el escritor, no con el lector. Pero el lector, que solo leerá el texto una vez, lo juzgará tan pantanoso y aburrido como tú en la primera lectura. En resumen, si te parece que algo está mal en la primera lectura, está mal, y lo que se necesita es un cambio, no una segunda lectura.

Regla general nº 5: Uno nunca debe olvidar que editar y escribir son artes, o artesanías, totalmente diferentes. La buena edición ha salvado la mala escritura con más frecuencia de lo que la mala edición ha dañado la buena escritura. Eso se debe a que un mal editor no conservará su trabajo mucho tiempo, mientras que un mal escritor puede continuar para siempre, y lo hará. La buena escritura existe al margen de la ayuda de cualquier editor. Por eso un buen editor es un mecánico, o un artesano, mientras que un buen escritor es un artista.

Texto y foto: Daniel Gascon - Richard Ilimuri

miércoles, 5 de octubre de 2016

El creador del Wall-E boliviano, esta en Washington

Es el primer compatriota invitado a
"Ideas para mejorar vidas” (Demand Solutions en inglés),
 evento global que se desarrolla en Washington, 
Esteban Quispe (18), el creador del Wall-E boliviano, es el primer compatriota en ser invitado a "Ideas para mejorar vidas” (Demand Solutions en inglés), evento global que se desarrolla en Washington, que es organizado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y que reúne a algunas de las mentes más creativas del mundo para discutir y compartir soluciones innovadoras para los retos del desarrollo.

"El ser el primer boliviano en esta conferencia es algo maravilloso para mí, estoy muy agradecido y me impulsa a seguir adelante. Yo quiero ayudar a más personas de nuestro país, en temas de agricultura y tecnología”, sostuvo Quispe en contacto con ANF desde Washington, donde fue invitado por el BID en representación del país.

Demand Solutions es un evento que el BID organiza desde 2013 y tiene por objeto reunir a las mentes más innovadoras del mundo y a los emprendedores más prometedores de las industrias creativas de la región. El grupo selecto de invitados, durante los próximos días en la sede del BID, presentará sus ideas sobre cómo mejorar vidas.

Entre esas mentes se encuentra la del creador del Wall-E boliviano, más conocido como el "genio de Patacamaya”, ya que es oriundo de ese municipio rural del altiplano boliviano.

"Wally es el número 20 de mis inventos, actualmente existen 22". De esa manera recordó que su primer invento fue realizado con ayuda de su padre, se trataba de un automóvil que tenía luces, gracias a la conexión de un interruptor portátil. Inventó este artefacto porque, según contó, nunca tuvo dinero para comparar un carrito de juguete.

"Luego fui viendo las necesidades de mi padre y de mi madre, para poder colaborarlos en la agricultura y otras cosas, por eso fueron naciendo mis inventos”, relató.

Pero el robot Wall-E, similar al personaje de Disney del mismo nombre, es uno de sus inventos más queridos, como él dice entre risas. "Todos lo quieren al Wall-E”, el robot es capaz de desplazarse, evitar obstáculos y mover los brazos, cuenta.

La creatividad del joven no ha tenido más límites que los económicos, pero él ha sabido sacar adelante sus iniciativas con material reciclable y todo lo que encontró en su camino.

"En el colegio no se me ha colaborado, ha sido algo empírico, para la educación en Bolivia hace mucha falta que se incentive en la investigación, en todas las áreas”, agregó Quispe, quien gracias a su talento, ha sido becado en la Universidad Católica Boliviana (UCB) para estudiar la carrera de ingeniería mecatrónica. A sus 18 años de edad ya cursa el segundo semestre.

Pero no solo eso, este inventor aymara y de padres agricultores del altiplano boliviano, con recursos propios visita municipios rurales para dar charlas a estudiantes de secundaria y primaria. "He estado dando charlas en áreas rurales, con el poco dinero que tenía, tratar de compartir el conocimiento", cuenta.

El joven boliviano tiene muchos proyectos, pero el dinero sigue siendo un obstáculo para hacerlos realidad, pese a ello tiene planeado crear el "Premio Esteban”, el mismo que por el momento cuenta con Bs 1.000 de fondos, recaudados en las charlas que Quispe ha estado dando.

"El 'Premio Esteban' va a ayudar a descubrir más jóvenes y niños que tienen capacidad en la ciencia y la tecnología. En noviembre estoy lanzando el premio, que es parte de la Fundación que voy a crear, 'Fundación Ciencia Tecnológica Indígena´ y ahora estoy buscando financiamiento y en caso que no se consiga, se va a llevar adelante con casi mil dólares que tengo ahorrados”, comentó.


Quispe arribó a la capital norteamericana el pasado 2 de octubre y fue recibido por el representante de Bolivia ante el BID, Hernando Larrazabal.


Texto y foto: Pagina Siete Internet

sábado, 1 de octubre de 2016

Cuando el Mariscal Andrés de Santa Cruz, gobernó el país desde Irupana


Dicen que, hasta antes de la llamada Guerra Federal (1899), la silla presidencial era, en realidad, la de la montura de un caballo: El primer mandatario del país gobernaba Bolivia desde el lugar donde se encontraba. Es así que el Mariscal Andrés de Santa Cruz y Calahumana ejerció su mandato desde Irupana, el 9 de mayo de 1830.

El 24 de abril de 1830, el también designado “Mariscal de Zepita”, salió de la ciudad de La Paz rumbo a Chuquisaca, pero lo hizo a través de la vía que atravesaba Yungas, Inquisivi y el departamento de Cochabamba. Según el libro Monografía de Los Yungas, de José Agustín Morales, lo hizo con el objetivo de cerciorarse personalmente de las muchas necesidades de los pueblos transandinos.

Es así que, el 9 de mayo de 1830, tras llegar a Irupana, ordenó a la Prefectura del departamento de La Paz enviar vacuna fresca contra la viruela, además de un médico practicante para que la suministre a los niños y jóvenes que eran las principales víctimas de la enfermedad. Así también instruyó a los curas de la zona que propaguen la noticia de este beneficio durante sus sermones, con el objetivo de que la gente acuda para recibir la inmunización.

Santa Cruz y Calahumana debió de cerciorarse del mal estado de los servicios educativos de la región yungueña, tanto que en el mismo Irupana dispuso la creación de un impuesto destinado al sostenimiento de escuelas de la misma Irupana, Chulumani, Coripata, Coroico, Chirca y Pacallo. Gravó con un tributo de 4 reales sobre cada quintal de harina de trigo, 2 reales al de maíz y 2 reales de cabeza de ganado faenado para el consumo.

Si el tema de los caminos de la región yungueña es un problema ahora, imagine lo que pasaba hace casi 200 años. El Presidente ordenó la apertura de un camino entre Unduavi y Coroico, además de la refacción del de Yanacachi. Encomendó el primero de ellos al ciudadano Bernardo Gonzáles y el segundo al corregidor Eugenio de Montufar. Para cubrir el costo de ambos trabajos autorizó que ambos cobren para sí el impuesto de peaje por un tiempo de dos años.

El Mariscal de Zepita pasó luego a Cochabamba, donde permaneció un mes antes de llegar a Chuquisaca. A su arribo promulgó, el 6 de julio de 1830, el decreto que marcó el nacimiento de la que sería luego la Sociedad de Propietarios de Yungas, la organización que manejó los destinos de la región yungueña hasta 1953, cuando se decreta la Reforma Agraria.

Esta organización reunía a todos los propietarios de las haciendas de la región yungueña, era el verdadero poder local, tanto en lo político como en lo económico. La Sociedad administraba la mayor parte del impuesto que se cobraba a la coca que salía de la zona, el que era destinado principalmente a la apertura y mantenimiento de los caminos, aunque luego pasó a la atención de servicios tales como la salud y el agua potable.

La familia del Primer Mandatario era también propietaria de una hacienda cocalera en lo que hoy se llama Coroico Viejo, en el municipio de Coroico. Es decir, formaba también parte de la Sociedad de Propietarios de Yungas.
Unir Perú y Bolivia

Andrés de Santa Cruz y Calahumana fue presidente de Bolivia entre 1829 y 1839, dos años antes de alcanzar la primera magistratura del país, fue también presidente de la Junta de Gobierno del Perú. Su proyecto político más importante fue la consolidación de la Confederación Perú-Boliviana, con la que intentó unir a los dos países, como en las épocas en que ambos territorios eran parte del Virreinato de Lima, durante la colonización española.

Nacido en la ciudad de La Paz, el 5 de diciembre de 1792, hijo del criollo peruano José de Santa Cruz y Villavicencio y de Juana Basilia Calahumana, de una rica familia mestiza, descendiente de los incas, que tenían para sí el cacicazgo de Huarina, a orillas del Lago Titicaca.

Una de las apuestas de su gobierno fue el de la educación, además del establecimiento de escuelas, fundó la universidades Mayor de San Andrés, de la ciudad de La Paz, y la San Simón, de Cochabamba.

Viajó por todos los rincones del país, con el objetivo de enterarse personalmente de las necesidades regionales y locales, pese a las dificultades que –mucho más entonces- tenía Bolivia para unir sus distintas latitudes. Es así que estuvo en lugares tan distintos como el puerto de Cobija, en el Océano Pacífico, o la frontera con Argentina. Podemos imaginarlo con su caballo por los difíciles caminos de herradura de la región yungueña, al mando de toda su comitiva.

Texto y foto:  Guimer Zambrana - Richard Ilimuri - Internet

Fiebre del oro en Bolivia, tres historias que narran un problema


Un  hombre revisa su lavadero
Territorios en los municipios de Guanay y Teoponte, al norte de la Paz, desatan enfrentamientos entre grupos de comunarios y mineros. Mientras esto ocurre, los ríos y arroyos de la Amazonía Boliviana son afectadas por el excesivo vertimiento de mercurio.


Hace 15 años Pedro Espinoza, ex minero, decidió dejar atrás la minería del oro y mudarse a vivir en medio de un bosque en la zona de Lliquimuni, a orillas del río Kaka, norte del departamento de La Paz. Era el año 2001, Pedro tenía entonces 60 años y llegaba con las esperanzas puestas en su nueva vida en armonía con el bosque, alejado de las dragas, los jefes y el mercurio. Su plan era dedicarse a la agricultura, criar pollos, algunas vacas y sembrar árboles frutales a modo de subsistencia.

recuerda cómo era su vida antes de llegar a Lliquimuni ¿Cómo era la minería del oro antes?
─Yo comencé a trabajar en minería en 1980, antes trabajaba en las minas del municipio de Tipuani. Entonces la explotación era rústica, primero trabajábamos con cuadros (explotación de una porción del río). Después en el 82 se comenzó a trabajar con mecanización (palas retroexcavadoras y vibradores). Ahora es más con azogue (mercurio) que permite recuperar el polvo de oro.
¿Y qué pasa con el mercurio que usan?
─Eso lamentablemente luego se lo echa al agua y es dañino.
El ex minero no imaginó que tendría que lidiar con el mismo problema en su nuevo hogar. ¿Y cómo está afectando a la zona?
─Antes en estos tiempos en este río (Kaka) había una gran cantidad de peces, pescaba sábalos, surubís y bagre ahora no. Yo tengo mis mallas y ya no estoy sacando nada. Se lamenta.

La crisis económica mundial de 2008 generó una nueva fiebre por la minería aurífera en los países amazónicos. Esto ocasionó una subida del precio del oro, un crecimiento de la demanda global y un incremento de la minería en la Amazonia Boliviana. 

Mercurio un enemigo que necesita ser estudiado
El mercurio es utilizado para aumentar la recuperación del oro, el mismo se une al metal formando una amalgama pesada que hace posible la recolección de las pequeñas partículas de oro en el agua. Cuando el mercurio utilizado en el proceso es derramado en las aguas se transforma en metilmercurio, un compuesto altamente tóxico que es asimilado por las poblaciones de peces.
Al consumir peces u otros alimentos contaminados por metilmercurio este ingresa fácilmente en la corriente sanguínea y pasa rápidamente a otras partes del cuerpo (cerca del 95 % es absorbido). Si este metilmercurio ingresa en la sangre de una mujer embarazada se trasladará fácilmente a la sangre del niño en desarrollo y de allí hacia su cerebro y otros tejidos, produciendo daños en el sistema nervioso del feto.


Según el último reporte del Global Mercury Assessment publicado en el 2013 y elaborado para el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), en Bolivia se habrían derramado 55 toneladas de mercurio en las aguas y suelos el año 2012. Este mismo reporte ha definido al mercurio como “una amenaza global para la salud humana y ambiental”.
Las cifras del PNUMA también afirman que en Bolivia se habría emitido y descargado alrededor de 100 toneladas al año de mercurio ambientalmente contaminante, de un total mundial de 1707 toneladas en 2010 o de 1607 en 2011. Esto significa que Bolivia es responsable del 6 % de todo el mercurio arrojado antropogénicamente al medio ambiente y por causa de la minería del oro.
Ricardo Calla Ortega, sociólogo y antropólogo boliviano, señaló en una publicación para el Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA) que la única referencia nombrada sobre los impactos ambientales del mercurio en la Amazonia Boliviana ha sido realizada el año 1992 por el doctorado en química Justo P. Zapata y un equipo multidisciplinario de 13 especialistas en la Región de Nueva Esperanza, Araras, del departamento de Pando. El estudio concluyó entonces que, la contaminación mercurial está afectando a la población piscícola y, probablemente, también a la población humana que se alimenta de peces […] específicamente, la carne de pescado para consumo humano debería tener menos de 200 partículas por billón (ppb) de mercurio (según normas de la OMS), […] valores que están por debajo de los promedios de 575 ppb y 799 ppb obtenidos en las dos épocas (seca y de lluvias) de realización de este estudio”.
El Estudio marca además, que se encontraron valores mucho más  elevados de mercurio “en el Pacú (Colossoma macropomun) y el Surubí (Pseudoplastystoma fasciatum), colectados en el municipio de Trinidad, sobre el río Mamoré, Departamento del Beni, de 2.185 y 2.109 ppb, respectivamente”. Ninguna otra investigación en profundidad se ha realizado desde entonces sobre el oro y el mercurio en ninguna de las zonas o sub áreas de la Amazonia Boliviana.
 “La hipótesis de que la contaminación piscícola en la subregión podría haber empeorado a raíz del más reciente auge internacional de los precios del oro es plausible y una investigación seria es de urgencia”, señala Calla Ortega.

Minería una amenaza para la Reserva de la Biósfera Pilón Lajas
Dejamos atrás Lliquimuni. Navegamos ahora a través del río Kaka y nos aproximarnos a las aguas del río Beni. En Bolivia la denominada “ruta del oro” se extiende por unos 350 kilómetros, comienza en la región de los Yungas y se extiende hacia los municipios del trópico paceño de Tipuani, Guanay y Teoponte. Llegamos finalmente al imponente Cañón de El Beo, “ya estamos en el territorio de la Reserva de la Biósfera Pilón Lajas”, nos comenta Herminio Vies, quien era entonces uno de los guardaparques de esta reserva natural. 
Herminio Vies pertenece al pueblo indígena Tsimane, mas conocido como “Mindo”, es nacido en la comunidad Asunción del Quiquibey, una comunidad indígena del pueblo Tsimane que se encuentra en la Reserva de la Biósfera y Tierra Comunitaria de Origen Pilón Lajas, a orillas del río Quiquibey. Allí de pequeño sus padres le inculcaron el respeto y valor por la naturaleza, lo que se convirtió en una de sus motivaciones para convertirse en guardaparques. “Ser guarda parques no es nada fácil, a veces en los patrullajes nos enfrentamos a situaciones de riesgo, como encuentros con infractores (cazadores furtivos y madereros ilegales) que están armados”, comenta Vies.

Delante de nosotros observamos dos botes y un motor en medio del río. “Cuidado parecen mineros ilegales”, grita Hermindo. En el otro extremo del bote Gabriel Buchapi, el jefe del equipo de protección de guardaparques de la Reserva nos recomienda esperar un rato antes de descender, “uno nunca sabe con quienes se puede topar”, nos alerta. De repente un hombre se aproxima nervioso hacia nosotros, mientras otro lo espera a unos pocos metros junto a una mujer y un niño. 
─Están dentro del territorio de la Reserva de la Biósfera Pilón Lajas, es un área protegida de Bolivia. Ustedes no pueden buscar oro aquí, les dice Gabriel Buchapi a los mineros.
─ También somos bolivianos y tenemos derecho al trabajo, los otros compañeros de la comunidad están lavando oro más arriba del río. Por eso nos vinimos aquí, si es necesario sacar algún permiso lo vamos a solicitar a las oficinas del Parque ─responde el minero.
─ No se lo van a dar señor, esta es un área protegida además es la zona de protección estricta de la reserva, allá en frente nuestro tenemos también otra área protegida, el Parque Madidi. ¡Ustedes están cometiendo una infracción! ¿Por qué mejor no buscan oro en otro lugar? ─ responde un tanto molesto Buchapi.
─Está bien, nos vamos a retirar ─dice el minero sin generar mayor discusión.
Mientras eso ocurre, Román Michó, otro de los guardaparques que nos acompaña, anota sus nombres en una libreta para sentar la denuncia por infracción al Reglamento General de Áreas Protegidas.

Henry Apuri y la defensa de su territorio
Henry Apuri es de origen Leco, una de las 36 etnias indígenas que reconoce la Constitución Boliviana. Él mismo se autodenomina como “el indio caminante del cielo”. Sus últimos días no han sido los mejores, Henry y su familia están enfrentados con la cooperativa Unión Teoponte, que opera en el municipio de Teoponte, en La Paz.
“Antes los huecos estaban a 400 metros sobre la orilla del río y no me afectaban, pero ahora están a escasos 20 metros de mi casa, son como 50 a 60 personas que están desmontando árboles y han abierto un enorme cráter detrás de mi inmueble, y su forma de trabajar es en base al amedrentamiento. Esta cooperativa no tiene ficha ambiental ni documentos legales y siguen operando ilícitamente”, señala Apuri, quien teme un enfrentamiento.

FERRECO
Según la Federación Regional de Cooperativas Mineras Auríferas, en Bolivia existen 1700 cooperativas mineras de las cuales el 65, alrededor de 1100, se dedican a la explotación del oro. El 35 restante extrae otros minerales como el estaño, el wólfram, la plata, el plomo y el antimonio en las regiones de Potosí, Oruro y Cochabamba. De las 1100 que se dedican a la explotación de oro, el 91 (1.00) opera en los municipios del norte del departamento de La Paz, convirtiéndose en el principal productor de este metal en el país con ingresos que bordean los 5,1 millones de dólares, según el Servicio Nacional de Información sobre Comercialización y Exportaciones Mineras (SENACOM). El año 2014 la producción nacional batió un récord, llegando a las 34 toneladas, según el Servicio Nacional de Registro y Control de la Comercialización de Minerales y Metales (SENARECOM).
En el estudio “las rutas del oro ilegal” de la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (que analiza cinco casos en la Amazonía) determina que la nueva Ley de Minería N°535 de Bolivia, promulgada el 28 de mayo de 2014, si bien define la explotación y comercialización ilegal de recursos minerales como aquella que se “realizare sin contar con la autorización o derecho otorgado […]”—actividades sujetas a sanciones que incluyen la detención, incautación y/o destrucción de la maquinaría empleada, e inicio de acciones penales—, existen otras disposiciones que alientan la toma y posesión ilegal de predios con fines de explotación minera.
Esto se observa en el artículo 128 de la mencionada norma donde entre los requisitos para obtener licencia de prospección y exploración están el contar con personalidad jurídica o únicamente el certificado de tramitación de la misma.
¿Acaso es un delito defender la flora y fauna? ¿Acaso es un delito querer regresar a la tierra que nos vio nacer? Al parecer sí, es un delito para aquellos que ven tu regreso como amenaza e impedimento para poder saciar su sed de ambición”, comenta Mabel Poma, esposa de Henry Apuri, mientras indica que su esposo se ha convertido en un obstáculo para los mineros del oro en Teoponte.
En el mes de julio recibí la noticia que la propiedad de Pedro Espinoza en Lliquimuni fue avasallada por mineros quienes ingresaron con maquinaria pesada y comenzaron a desmontar los bosques que él estuvo cuidando los últimos 15 años.
El dolor de Pedro ahora es moral, y siente bronca y desazón por los efectos que le está ocasionando la fiebre del oro.

Texto y foto: Internet -Richard Ilimuri

jueves, 29 de septiembre de 2016

Esos chóferes que manejaron nuestros destinos por los caminos de la muerte

El sector de Transportistas Irupana
 era muy reconocido por su aporte
al desarrollo de la población. 
Un camión Chevrolet habría sido el primer motorizado que prestó servicio de transporte a lo yungas, específicamente a Irupana, desde el año 1939. Su conductor fue el egipcio Gabriel Estrugo (padre), quien había llegado a Bolivia cuando tenía siete años.


Esta carretera la construyeron prisioneros paraguayos durante la Guerra del Chaco en la década de 1930. Es una de las pocas rutas que conectan la selva amazónica del norte del país, con la urbe Paceña.

El Camino a los Yungas, también conocido como Camino de la Muerte, es un camino de 64 km de extensión, que une La Paz y Coroico, 56 km al noreste de La Paz en la región de Yungas de Bolivia.
Debido a sus pendientes pronunciadas, con un ancho de un sólo carril (3 metros en algunos lugares), y la falta de guardarraíles, este camino se torna extremadamente peligroso.

Y es que los Estrugo son una de las familias más tradicionales del transporte yungueño. El padre del grupo familiar, Samuel, llegó a Bolivia junto a sus dos hijos: Gabriel y Alberto, cuando éstos eran aún niños se asentó en Chulumani, donde tenía una tienda de telas y otros enseres.

Los camiones de Irupana hacían
tres viajes a la semana.
Los Estrugo compraron un camión con el que trasladaba mercadería desde la ciudad de La Paz. Gabriel se animó a entrar más seguido, y luego formó familia en Irupana, donde tuvo tres hijos: Gabriel, Samuel y Carlos. “Soy chófer de nacimiento”, dice Samuel, el único que queda con vida de la prole. Él no recuerda en qué momento comenzó a manejar, porque desde que nació siempre estaba en la cabina de alguno de los camiones de su padre. 

Recuerda a su hermano menor, Carlos, a la hora del desayuno, jugando a que los platillos y paneros de la mesa eran volantes. Por el contrario, Ricardo Reguerín otro irupaneño de sepa aprendió a manejar cuando tenía 29 a 30 años. Su hermano había comprado un camión precisamente de los Estrugo y le había pedido que él viaje como administrador. Él veía cómo manejaba el chófer y en algunos lugares le pedía que le dé el volante, hasta que un día faltó el conductor 'y me anime a meter el carro hasta Irupana'. Recuerda desde entonces no volvió a salir de la cabina.

Ambos conocen cada piedra del camino La Paz – Irupana - La Paz y claro que notan mejorías. “Antes había que retroceder a cada rato para dar paso, ahora prácticamente no se retrocede”, compara Samuel. Sin duda, pertenecen a una época en la que el transporte a Yungas era otra 'cosa'; Había más camiones que buses sólo funcionaba Flota Yungueña, los transportistas no eran muchos, los caminos eran peores, aunque también había menos accidentes.

Los camiones de Irupana hacían tres viajes a la semana. Salían los lunes a La Paz, retornaban el martes, el miércoles volvían a salir y el jueves ingresaban, mientras que salían el viernes y el sábado nuevamente a Irupana. Los domingos por la mañana Churiaca era el lavadero de los motorizados, donde además los engrasaban para volver a comenzar la semana.

Es que había mucha carga para los vehículos 'Transportaban naranjas, mandarinas, café, tambores de coca, madera de Santa Ana y San Juan Mayo, mangos de La Plazuela y carbón de varios lugares bajos. El bus de Flota Yungueña ingresaba y salía todos los días, con excepción de los sábados, cuando 'la góndola que llegaba a Irupana los viernes hacía servicio de ida y vuelta a Chulumani'.

'Subir La Cumbre era todo un desafío para los camiones repletos de carga, especialmente en el sector de Los Culines, os vehículos llevaban tal peso y la gradiente era tan extrema, que pedían a los pasajeros más jóvenes se trepen a los parachoques para hacer contrapeso y evitar que los motorizados se sienten. El ayudante estaba obligado a ir en la pisadera con la cuña en la mano para que el motorizado no se vaya para atrás'.

Entre los choferes de la época se puede nombrar a los tres hermanos Estrugo, Ricardo Reguerín, Joaquín Lizón, Franz García, Alberto Bustillos, Yarko y Francisco Soukup, los hermanos Tito, Aldo, Luis y Rodrigo García, Enrique Pacheco, Jorge Archondo, Carlos Cuadros, René Pinto, Jaime Amador, “Chicho” Molina, Agustín “Chicaco”, “Abuelo” Machicado, Hugo “Rubio” Archondo, “Gringo” Velarde, los Navarro, de La Plazuela, Julio Franco, Juan Cerezo, Mario Manrriquez y Gabriel “Joc’ollo” Mercado.

El sector de Transportistas Irupana era muy reconocido por su aporte al desarrollo de la población. Ellos han transportado de forma gratuita casi toda la piedra con la que, hasta hace poco, estaban empedradas las calles del centro poblado. Fueron también ellos quienes trasladaron los adoquines que cubren las dos avenidas principales. Recuerdan con nostalgia

Los choferes estaban tan organizados que hasta tenían, como sector, su danza en la festividad del 5 de agosto. Samuel recuerda que al inicio bailaban diablada, aunque luego incursionaron en los Caporales. Hasta los ayudantes tenían su comparsa de tundiquis, encabezados por el “Roso”: “Los ayudante venimos, los ayudantes venimos en busca de una negrita…”. cantaban

Y de la alegría al dolor: Tampoco faltaron los accidentes en las siempre peligrosas carreteras yungueñas. Ricardo Reguerín recuerda que, en una ocasión, se le cayó un pasajero. El mismo había fallecido a causa del hecho, razón por la que tuvo que lidiar un largo proceso judicial en el que probó que no tenía la culpa.

Samuel Estrugo se embarrancó en Chajro. Estaban arreglando el puente y había que bajar hasta el río para cruzarlo el mismo. Fue en la subida que el camino provisional se hundió y el camión dio dos volteos. Resultó parado a orillas del afluente. Murió una persona que saltó en el intento por salvarse. El resto de los pasajeros estaba tan bien que hasta ayudó a cargar nuevamente el motorizado, que continuó viaje a la ciudad de La Paz. “Pero no podemos quejarnos, se ganaba bien”, concluye 
uno de ellos. 

Alguna buena razón tiene que haber para manejar por los siempre riesgosos caminos de la región yungueña

Texto y foto: Guimer Zambrana - Richard Ilimuri

martes, 27 de septiembre de 2016

Pueblos Originarios no contactados gritan y alertan a petrolera

Pueblos no contactados en la amazonia
Gritos desde la profundidad de la selva amazónica, de indígenas supuestamente no contactados de un pueblo en situación de aislamiento voluntario, dieron la luz roja sobre su presencia a los técnicos de la compañía china BGP, encargada de ejecutar tareas de exploración sísmica en busca de hidrocarburos en la Cuenca Madre de Dios, y esa situación los obligó a reubicar sus equipos de topografía.

El ultimo registro era en década de los 70 nunca se tuvo un contacto formal, ahora si.
según Manuel Duri, capitán grande del pueblo Tacana de Pando en la comunidad Sinaí. Donde viven aproximadamente 60 familias, estamos mesclados con los hermanos Cavineños y Pacahuaras, pero hemos encontrado evidencias sobre el río pacahuara y río Negro (a los Toromonas) ya hay evidencias (le vimos) el rostro y falta poco para que nosotros adentremos, para relacionarnos, conversar, dialogar, lo que falta son recursos para podernos movilizar, estabilizar (la amistad) para si mismo conversar y poder sacar algunas fotografías, y para que ellos se vinculen con nosotros, son pacíficos pero de tendencia guerrera, es lo que decía en una entrevista con Bolivia Retrospectiva el año 2013.

ANF accedió a reportes de la Central de Comunidades Indígenas Tacana II Río Madre de Dios (Citrmd), la empresa PBG Bolivia SRL y la petrolera estatal YPFB -fechados entre el 12 y 19 de septiembre- y en dichos documentos se informa sobre las primeras señales acerca de la presencia de presuntos indígenas no contactados en la zona del Proyecto Adquisición Sísmica 2D de la Cuenca Madre de Dios del Área Nueva Esperanza. Se asegura que se dieron con huellas de personas, ramas rotas, senderos abiertos y restos de alimentos.

En uno de esos documentos, el gerente del proyecto, Yu Fegbo, y el jefe de Brigada de PGB, Alfredo Salvador -en una carta dirigida al gerente del proyecto Sísmica 2D de YPFB Corporación, Iván Zeballos, que lleva la referencia: "Contacto con miembros de pueblos indígenas originarios en la línea 11031"- describe que el grupo de trabajo identificado como Topografía 10 reportó sobre la presencia de posibles miembros de pueblos indígenas originarios que se manifestaron con gritos y voces.

Comunidades, en alerta
La Central de Comunidades Indígenas Tacana II Río Madre de Dios (Citrmd) alertó a varias autoridades que en la Amazonia boliviana existen indicios de la presencia de un pueblo indígena no contactado, que estaría amenazado por las tareas de exploración sísmica que se realizan.

Dirigentes del Territorio Comunitario de Origen (TCO) Tacana II hicieron conocer a los viceministerios de Justicia, Tierra y Medio ambiente, además de la Defensoría del Pueblo, sobre el alto riesgo que significa continuar con las tareas de exploración sísmica a cargo de la compañía china BGP.

CONTACTO
Nunca se tubo un contacto formal, y actualmente se teme que estén al borde de quedar exterminados, hoy en día un grupo de colonizadores denominaron Toromona a su comunidad, es posible que exista confusión entre estos y él grupo étnico, ya que algunos piensan que los colonos son en realidad  indígenas que dejaron atrás sus usos y costumbres incluso se sabe que muchos colonos sacan ventajas sobre esta confusión.

También hay  investigadores que confunden a los Toromonas con algunos grupos de indígenas Esse Ejjas, que viven en la frontera con el Perú o con los Araonas que se asientan en el río  Manupare, pero lo mas probable es que los Toromonas hayan sido exterminados  o que los últimos sobrevivientes de este grupo étnico hayan muerto en su intento de escapar de los invasores de su territorio.

En los años 80 del siglo XX, un noruego de nombre Lars Hafskjold, de profesión  agrónomo e investigador intento contactarse explorando la selva amazónica, de él, se sabe que nunca mas regresó, presumiblemente murió por alguna enfermedad de la selva. O que se lo comieron los indígenas en cuanto hubiese hecho contacto con ellos.


Texto y foto: ANF-Richard Ilimuri Internet

lunes, 26 de septiembre de 2016

Jesuco el afroboliviano dios de la saya


Jesuco Pedreros fue el caporal
 de la Saya Gran Poder de
Chicaloma durante 37 años.
Jesús. Sus padres lo bautizaron con ese nombre sin imaginar que su primogénito bailaría la saya como un Dios. Negra su piel, blanco su atuendo. Era el contraste que necesitaba para mostrar cómo cada uno de sus músculos se movía de manera autónoma apenas el golpe de las cajas comenzaba a tejer el ritmo de los afros de Bolivia.


La ceremonia comenzaba apenas levantaba el látigo y soplaba el silbato. Desde ese momento sus pies eran la vara que dirigía aquel concierto digno de cualquier selva africana. Era entonces que sus músculos cobraban autonomía, Cada uno se movía como quería, pero sin abandonar el ritmo impuesto por el retumbar de las cajas.

Nadie se atrevía a interrumpir aquel ritual. Su cabeza, sus hombros, el abdomen, piernas, rodillas, brazos… Era el alma que quería manifestar su amartelo por la tierra lejana de donde fue cruelmente arrancada.
Jesuco Pedreros fue el caporal de la Saya Gran Poder de Chicaloma durante 37 años. Hasta el momento de su llegada, el héroe afroboliviano de la Guerra del Chaco, Pedro Andaveris, había tenido ese privilegio. Los viejos integrantes de la agrupación se dieron cuenta de sus virtudes apenas éste se sumó a la agrupación. Don Pedro era un buen golpeador de cajas, razón por la que le cedió satisfecho el lugar de caporal. Es más, fue Andaveris quien le explicó su nueva función dentro del grupo.

La tarea del caporal en la antigua saya de Chicaloma no se limitaba a ser el centro de atención de los espectadores. Su actuación era fundamental para marcar el ritmo de la orquesta. Esa tarea era compartida con el ganghingo -la caja más pequeña- y la coancha o rejereje.

Jesuco llegó a la saya junto a su amigo, el ganghinguero Celso Jáuregui, en 1958. Los dos jóvenes se encargaban de marcar el ritmo para los experimentados golpeadores de la saya. Mientras Pedreros le ponía forma física al ritmo de la saya, Jáuregui tenía la misión de acercarse al percusionista que estaba fallando para darle sonido e introducirlo al pentagrama.

La ejecución de la saya es bastante compleja. Cada una de las cajas es golpeada en diferentes tiempos, los que unidos tejen el ritmo con el que bailan los afros asentados en Bolivia.

Los jóvenes de Chicaloma han heredado esa habilidad, pero los viejos extrañan la época en que se escuchaba como una verdadera orquesta. La falta de un buen tambor mayor, un ganghinguero y la ausencia de Jesuco Pedreros como caporal son vacíos difíciles de llenar.

Las voces agudas de las mujeres contrastaban con el sonido sordo que emiten las cajas al ser golpeadas. Ruth Jáuregui, una de las dos gemelas que integraban el grupo, dice que era el caporal quien les trasmitía entusiasmo y ganas de moverse.

Jesuco resistió al proceso de cambio generacional que vivió la Saya Gran Poder, pues era imposible encontrar alguien que baile mejor que él. Paseó su danza por diferentes escenarios del país: Estuvo en las famosas entradas folclóricas de Oruro y Urkupiña, además de haber visitado casi todas las festividades de las poblaciones de la región yungueña.

Tenía más de 60 años, pero su cuerpo parecía ignorar el paso del tiempo. Continuaba moviendo sus músculos con la autonomía y agilidad de siempre. Jesuco bailaba con los ojos abiertos, pero no miraba a ninguna parte. Era tal su grado de concentración que parecía fuera de sí.

Mas su corazón estaba cansado de latir al ritmo que le imponían las cajas. Tuvo un infarto en abril de 1995 que lo alejó de la saya y de la vida. Al fin y al cabo, para él ambas eran lo mismo.

Su sobrino Rolando Pedreros heredó los cascabeles de su tío, es el nuevo caporal de la Saya, aunque reconoce que está muy lejos de acercarse siquiera a la calidad con la que danzaba Jesuco.

'Nunca voy a hacerlo como lo hacía mi tío, nunca lo van hacer igual, él bailaba con calidad y talento, lo hago pero no igual ni mejor. Yo tengo más cantidad que calidad'.

'Él le ponía más emoción con ese talento que tenía en su movimiento, en las figuras que demostraba cuando bailaba, sus inclinaciones, su forma de bailar, algo hemos rescatado, pero no todo'.

Si existe el más allá, Jesuco debe seguir bailando la saya. Ángel Pérez, Pedro Andaveris y Apolinar Medina, entre otros, debieron estar esperándolo para que se integre al grupo que hizo de la saya Gran Poder de Chicaloma una verdadera orquesta.
(Blog Irupana, agosto de 2001)

Texto y foto: Guilmer Sambrana Salas - Richard Ilimuri

viernes, 23 de septiembre de 2016

El pobre niño rico

Un niño rico acomodado, acostumbrado a los lujos y lo material le preguntó a su padre.

Papá ¿Qué significa ser pobre?

El empresario, queriendo que su hijo supiera lo que es "ser pobre", lo llevó para que pasara un par de días en la montaña con una familia campesina.

Pasaron tres días y dos noches en su modesta vivienda.

En el retorno dentro el automóvil, el padre preguntó a su hijo:

- ¿ Hijo qué te pareció la experiencia?..

- ¡Buenísimo! contestó el hijo con la mirada puesta a la distancia.

- Y... ¿Qué aprendiste?

Insistió el padre...

El hijo contestó: nosotros tenemos un perro y ellos tienen cuatro.

Nosotros tenemos un jacuzzi y ellos tienen un río sin fin, de agua cristalina, donde hay peces.

Que nosotros tenemos reflectores para alumbrar nuestro jardín...
mientras que ellos se alumbran con las estrellas y la luna.

Nuestro patio llega hasta la cerca y el de ellos llega al horizonte.

Nosotros compramos nuestra comida;...ellos, siembran y cosechan la de ellos.

Nosotros oímos música por el iPhone, ellos escuchan una perpetua sinfonía de golondrinas, ranas, ovejas, grillos, gallos por la mañana y otros animalitos.

Nosotros cocinamos en hornos microondas... Ellos, todo lo que comen tiene ese sabor del fogón de leña.

Para protegernos nosotros vivimos rodeados por un muro, con alarmas.... Ellos viven con sus puertas abiertas, protegidos por la amistad de sus vecinos.

Nosotros vivimos conectados al Smartphone, Facebook, televisor... Ellos, en cambio, están "? 'conectados' a la vida, al cielo, al sol, al agua, al verde del monte, a los animales, a sus siembras, a su familia.

El padre quedó impactado por la profundidad de su hijo...y entonces el hijo terminó:

¡Gracias papá, por haberme enseñado lo pobres que somos! ¡Y lo rico que son ellos!

No nos equivoquemos al pensar que la riqueza esta en el dinero y lo material.
LO MATERIAL NO LO ES TODO EN ESTA VIDA... Lo más importante es disfrutar de todo aquello que ni todo el dinero del mundo podría comprar..

La humildad y la sencillez te hacen grande nunca lo olvides Dios bendiga a todos y a cada uno de todos ustedes.

Texto y foto: Richard Ilimuri

jueves, 22 de septiembre de 2016

Lavando las manos de Papá

Un joven fue a solicitar un puesto importante en una empresa grande. Pasó la entrevista inicial e iba a conocer al director para la entrevista final.


El director vio su Curriculum Vitae, era excelente. Y le preguntó;

– ¿Recibió alguna beca en la escuela? el joven respondió

– no.

– ¿Fue tu padre quien pagó tus estudios? 


–Sí, respondió.

– ¿Dónde trabaja tu padre?

–Mi padre es agricultor. Respondió

El director pidió al joven que le mostrara sus manos.

El joven mostró un par de manos suaves y perfectas.

– ¿Alguna vez has ayudado a tu padre en su trabajo?

–Nunca, mis padres siempre quisieron que estudiara y leyera más libros. Además, él puede hacer esas tareas mejor que yo.

El director dijo:

––Tengo una petición: cuando vayas a casa hoy, ve y lava las manos de tu padre, y luego ven a verme mañana por la mañana.

El joven sintió que su oportunidad de conseguir el trabajo era alta.
Cuando regresó a su casa le pidió a su padre que le permitiera lavar sus manos.
Su padre se sintió extraño, feliz pero con sentimientos encontrados y mostró sus manos a su hijo. El joven lavó las manos poco a poco, era la primera vez que se daba cuenta de que las manos de su padre estaban arrugadas y tenían tantas cicatrices. Algunos hematomas eran tan dolorosos que su piel se estremeció cuando él la tocó.

Esta fue la primera vez que el joven se dio cuenta de lo que significaban este par de manos que trabajaban todos los días para poder pagar su estudio, los moretones en las manos eran el precio que tuvo que pagar por su educación, sus actividades de la escuela y su futuro.

Después de limpiar las manos de su padre, el joven se puso en silencio a ordenar y limpiar el testablo. Esa noche, padre e hijo hablaron durante un largo tiempo.
A la mañana siguiente, el joven fue a la oficina del director.

El director se dio cuenta de las lágrimas en los ojos del joven cuando le preguntó;

– ¿Puedes decirme qué has hecho y aprendido ayer en tu casa?

El joven respondió:
– lavé las manos de mi padre y también terminé de asear y acomodar el establo, Ahora sé lo que es apreciar, reconocer. Sin mis padres, yo no sería quien soy hoy. Al ayudar a mi padre me doy cuenta de lo difícil y duro que es conseguir hacer algo por mi cuenta. He llegado a apreciar la importancia y el valor de ayudar a la familia.

El director dijo:
– Esto es lo que yo busco en mi gente. Quiero contratar a una persona que pueda apreciar la ayuda de los demás, una persona que conoce los sufrimientos de los demás para hacer las cosas, y una persona que no ponga el dinero como su única meta en la vida. Estás contratado.

REFLEXIÓN
Un niño que ha sido protegido y habitualmente se le ha dado lo que él quiere, desarrolla una "mentalidad de tengo derecho" y siempre se pone a sí mismo en primer lugar. Ignoraría los esfuerzos de sus padres.
Si somos este tipo de padres protectores ¿realmente estamos demostrando el amor o estamos destruyendo a nuestros hijos?
Puedes dar a tu hijo una casa grande, buena comida, clases de computación, ver en una gran pantalla de televisión. Pero cuando estás lavando el piso o pintando una pared, por favor que también él lo experimente. Después de comer que lave sus platos junto con sus hermanos y hermanas. No es porque no tengas dinero para contratar quien lo haga, es porque quieres amarlos de la manera correcta. No importa cuán rico seas, lo que quieres es que entienda. Un día tu pelo tendrá canas, igual que el padre de ese joven.


Lo más importante es que tu hijo aprenda a apreciar el esfuerzo y tenga la experiencia de la dificultad y aprenda la habilidad de trabajar con los demás para hacer las cosas.

Texto y foto: Richard Ilimuri